Una pandemia que puso a la humanidad cara a cara con la muerte, partió en dos la historia reciente.
¿Qué pidió usted con las 12 uvas del 31 de diciembre del 2019? ¿Salió a correr con la maleta y a darle la vuelta a la manzana? ¿Qué fue eso “feo” que se fue con el Año Viejo? Seguramente, muchos pidieron estar más tiempo en casa o poder compartir más momentos especiales con su familia, sin embargo, nadie se imaginó que sería de esta manera.
La llegada del Coronavirus ha marcado una huella imborrable y seguramente de esto, más adelante muchos escribirán libros y hasta harán películas, sin contar con las canciones que artistas como Amaia Montero, Residente o Santiago Cruz, han compuesto motivados por la crisis.
Y es que no es solo una crisis de salud o económica, es aprender a amar en la distancia, a entender que estar lejos es ahora una muestra de cariño, quizás la más difícil de asimilar. Los abrazos se pausaron así como las sonrisas de las personas que apenas pueden verse por la expresión de sus ojos, mientras un tapabocas oculta este gesto.
El Gobernador del Tolima ha hecho su parte, invirtiendo más de 4.100 millones de pesos en el Hospital Federico Lleras Acosta. Una semana atrás estaban dando apertura a la sede El Limonar. Han entregado ayudas a personas en condiciones vulnerables, han llevado elementos de protección personal a hospitales del Tolima, han gestionado apoyo ante el Gobierno Nacional y han promovido el cumplimiento de las normas expedidas desde Presidencia.
Ahora, la responsabilidad llega a las calles, en donde muchas personas salen por necesidad pero otras lo hacen por gusto, por pasatiempo, pese a la insistencia de las autoridades a nivel mundial de mantener en casa y evitar el contagio. En el Tolima, de 201 camas de Unidades de Cuidados Intensivos, 26 están ocupadas por pacientes con sospecha de Covid, mientras que otras 123 son usadas por pacientes con otras enfermedades.
En ese orden de ideas, quedan apenas 52 camas para un departamento con casi un millón y medio de habitantes. ¿Son suficientes? No. ¿Alguien quiere ocupar una de ellas? Seguramente, tampoco. Y en ese orden de ideas entonces ¿por qué muchos no cumplen con los protocolos sugeridos por organizaciones mundiales como permanecer en casa el mayor tiempo posible o usar tapabocas adecuadamente?
Es claro que nadie estaba preparado para una situación de esta magnitud, pero también se hace necesario insistir en que se debe tomar con la seriedad que amerita, hoy la humanidad se juega la vida y una forma de llevarle la ventaja al enemigo invisible, es tomar la decisión personal de ser responsables frente al actuar de acuerdo a las circunstancias que trae cada día.