Minutos de miedo y zozobra se hicieron una eternidad mientras un ciudadano ibaguereño y su pareja, fueron víctimas de extorsión por un grupo al margen de la ley. El afectado contó que fue contactado para realizar unos trabajos de grabación en zona rural de Santa Isabel, sin embargo, se trató de un engaño ideado por delincuentes.
Cada vez la delincuencia busca la manera de cometer sus fechorías, se han conocido denuncias sobre extorsiones a ambulancias, vehículos de acarreo y otros comerciantes, blanco de los bandidos. En esta ocasión, un docente y quien lleva a cabo trabajos de grabación con drones, fue la víctima.
A través de redes sociales, Milton Artunduaga contó su experiencia, donde al parecer, sintió la muerte encima.
Según indicó el docente, un sujeto lo contactó para realizar una grabación en una finca de Santa Isabel. El individuo se presentó como ‘José Alejandro Cubides’, presuntamente, un nombre falso que utilizó para el engaño. El desconocido afirmó que era el propietario de un predio de 400 hectáreas y requería el servicio de el ‘profe’ para la demarcación de unos linderos y un video publicitario para la venta.
“Este sujeto me hace llegar a dos horas y media de la ciudad de Ibagué, luego me hace subir aproximadamente 10 kilómetros por vía destapada, dándome indicaciones por el teléfono de manera constante. Después de pasar cierto punto, me dice que mejor lo espere ahí, que él sale en su carro a guiarme”, relató Artunduaga.
Lo que parecía una solicitud normal, se convirtió poco después en una pesadilla. La pareja recibió una llamada de otro número, que Artunduaga pensó era de ‘José Alejandro’. Sin embargo, al otro lado de la línea un hombre le habló y se presentó como comandante del bloque 46 del ELN y le exigió el pago de 50 millones de pesos para no atentar contra su vida. Según el docente, “lo del servicio del drone era la pantalla principal para hacerme ir hasta la zona rural”.
Extorsión
La llamada era una extorsión donde fueron amenazados de muerte si no consignaban la millonaria suma exigida. Los asesinarían a quemarropa desde los árboles, donde supuestamente, eran vigilados.
La intimidación causó que el miedo se apoderara de Artunduaga, no obstante, su acompañante continuó conversando con el delincuente y Milton grabó la comunicación. Al mismo tiempo, el docente se comunicó con la Policía y puso en conocimiento el caso ante el Gaula. Mientras esto sucedía, el supuesto guerrillero seguía intimidándolos a través del teléfono.
Funcionarios del Gaula les pidieron que subieran los vidrios del carro, se agacharan y aceleraran el vehículo ante un posible ataque. Todo indicaba que en realidad eran vigilados por los maleantes. “El tipo de alguna manera después de cinco o tres minutos escuchó el motor del carro y nos decía que nos detuvieramos o que si no, daba la orden de que nos mataran, hicimos caso omiso”, añadió Artunduaga.
El ‘profe’ sintió tranquilidad al llegar al casco urbano de Santa Isabel y reunirse con la Policía. Las víctimas, que luego fueron escoltadas hasta Ibagué, contaron el caso y publicaron las fotos de los números donde recibieron las llamadas extorsivas para evitar que otras personas sean engañadas.
