Las restricciones por el Covid-19 no han sido impedimento para que en muchos hogares ibaguereños se lleve a cabo una de las tradiciones más representativas de fin de año. En El Salado y Modelia a los muñecos de ‘año viejo’ se les puede ver por estos días sentados en las puertas de las casas de familias que no pierden el espíritu festivo, pese a la pandemia.
Tradición con significado
Stiven Prada es un joven habitante del barrio Modelia. Según relata, la fabricación de los ‘años viejos’ la heredó de su papá. En su casa nunca falta el muñeco para la celebración de fin de año, hecho con ropa de familiares que hacen su donación, la cual va rellena de trapos, cosida desde los zapatos a la cabeza. Stiven añade con picardía que sobre la cabeza de icopor, dibujó el rostro de un familiar, del cual omite el nombre.
“Como vamos a estar confinados, he pensado en hacer la quema en el patio de mi casa que es amplio, poniéndole sus tarjeticas con todo lo malo que se va a llevar de este año”, explica el joven, quien añade que desde pequeño recuerda que con esta especie de ritual de año nuevo, se olvida todo lo malo y se pide lo bueno para el nuevo ciclo que se inicia.
Los hay con nombre
En El Salado, Jairo Sabogal lleva 27 años honrando la costumbre popular de despedir el año con el muñeco ubicado en la puerta de la casa. Ropa que ya no es usada, cartón y un peluquín componen el personaje con el que don Jairo, su esposa y toda la familia le dirán adiós al 2020.
‘Pancracio’ es el nombre con el que fue bautizado este ‘año viejo’, que además porta su debido tapabocas. Para ellos es un año de tristes recuerdos que se quiere olvidar y esperar que venga lo mejor en 2021. Aproximadamente el 22 de diciembre de cada año los pintorescos personajes son fabricados y expuestos en la entrada de la vivienda sobre la carrera 12 con calle 147.
Dato
Por las recomendaciones de las autoridades del no uso de pólvora y el decreto de toque de queda; tanto Stiven, como don Jairo y su esposa indicaron que la quema de los ‘años viejos’ se hará de manera discreta y responsable, sin el uso de juegos pirotécnicos.
