Ibaguè. Grandes muñecos, vestidos con ropa vieja, caracterizando algún personaje polémico del año y otros hasta con botella de aguardiente en mano solían verse por las calles de ‘La Musical’ en épocas decembrinas. Los populares ‘añoviejos’, durante años fueron la tradición de ciento de familias y vecinos que se reunían para crear estas populares figuras, las cuales se acostumbra a quemar el 31 de diciembre a las 12 de la noche para despedir al año viejo y darle la bienvenida a un nuevo año.
Esta tradición también se ha reinventado, y cada vez se vuelve más popular ver los ‘añoviejos’ en tamaño miniatura, personalizados y acompañados de un ritual para dejar atrás lo malo del año viejo y darle la bienvenida a nuevas oportunidades.
El ‘añoviejo’
se reinventó
La prohibición del uso de pólvora, las construcciones verticales que cada día son más en las ciudades y la nostalgia de ver cómo las tradiciones se han ido perdiendo, fue la motivación de varios emprendedores del país, que según sus costumbres familiares decidieron crear la versión miniatura de esta popular figura, que sin duda hace parte de la identidad colombiana.
‘añoviejos’ que no supera los 20 centímetros, rellenos de paja, algodón sintético, tela o papel, es el nuevo modelo, que se ha popularizado en los hogares colombianos, y se ha convertido en una opción de regalo navideño. Por lo general estos pequeños muñecos vienen acompañados de velas, esencias y otros elementos utilizados por los más ‘agoreros’ para atraer la abundancia, el dinero y el amor.
Esta pequeña versión, que en muchas ocasiones puede ser personalizada, ahora se quema en un rincón de la casa o en el balcón y es uno de los rituales que se ha popularizado, para despedir el año.
Queme todo lo malo
Diseños de toda clase, muñecos personalizados y hasta personajes famosos, hacen parte de la variedad de ‘añoviejos’ que ahora se encuentran en el mercado, su precio oscila entre 20 mil y 50 mil pesos, en su mayoría vienen acompañados de elementos que atraen la prosperidad, muchos de estos diseños pueden ser encontrados en tiendas virtuales, lideradas por emprendedores, no obstante en internet también se encuentran varios tutoriales, con los cuales los ibaguereños pueden dejar volar su imaginación y crear su propio diseño para despedir el año o regalárselo a esa persona que recuerda con nostalgia dicha tradición.
El ritual
El ritual del ‘añoviejo’ consiste en quemar las cosas negativas que surgieron en el año que culmina, y dar la bienvenida a un nuevo ciclo, las cenizas representan el resurgir de nuevas cosas y nuevos proyectos, Según la costumbre, lo ideal es quemarlo a las 12 de la noche del 31 de diciembre y con el fuego dejar ir esas cosas que un momento causaron angustia. Hace algunos años era tradicional que los muñecos, estuviera llenos de pólvora y alrededor de estos ‘monigotes’ se reunían familias y comunidades enteras, para despedir el años, no obstante en la actualidad se ha convertido en un ritual más individual, donde cada persona deja ir sus penas y da el recibimiento a nuevos anhelos.
Una tradiciòn que no muere
Tatiana Herrán, es una ibaguereña, profesional en administración de empresas, que con el anhelo de dar un regalo diferente y motivada a preservar las tradiciones, creó una versión miniatura de los ‘añoviejos’, para regalarselos a sus compañeros de trabajo, no obstante esta reinvención de la tradición dio inicio a un emprendimiento familiar que dio vida a ‘Anacleto’ un ‘añoviejo’ con cara de borracho, que según su creadora se lleva lo malo del 2020 y trae prosperidad para el nuevo año.
Anacleto, viene acompañado de una olla de barro, fósforos, esencia, una representación de dinero, lentejas, sal marina y dos hojas, una para escribir y quemar las cosas negativas y otra para plasmar los nuevos deseos. Este curioso personaje, el cual se enciende con viruta de madera, se puede quemar en espacios cerrados y se ha vuelto en una buena opción para que los ibaguereños continúen las tradiciones.