Las piscinas de barrio en tiempos de pandemia, en el fondo de la crisis

 El administrador debe esperar a que el agua se ponga verde para hacerle el mantenimiento y reducir así los gastos. Foto: Hélmer Parra/ El Nuevo Día – Q’HUBO.

La pandemia por el nuevo coronavirus ha golpeado con fuerza al sector turismo, pero más allá de la afectación económica de reconocidos parques en el territorio nacional y de las zonas donde se recibe mayor afluencia de visitantes, en Ibagué hay un reducido sector de trabajadores independientes que subsisten gracias al uso de las piscinas de los barrios. Hablamos con el administrador del balneario Las Brisas, quien mostró su preocupación por la crisis económica que le originó el Covid – 19. 

Un lugar con historia

Barrios como Villa Café, Praderas del Norte, entre otros, cuentan con una piscina comunal que ha servido para la recreación de los habitantes de cada sector. La de Las Brisas, en especial, es un balneario que además de contar con más de 40 años de historia, se abastece por un manantial natural del que han surgido mitos como que sus aguas tienen poderes medicinales. 

Sin embargo, la emergencia sanitaria por el Covid -19 no fue ajena para ellos y su administrador enfrenta una crisis económica derivada de la ausencia de bañistas. “La piscina está cerrada desde comienzos de marzo y nos ha afectado bastante porque la generación de recursos del sector turístico depende exclusivamente de las visitas del público. Estamos dependiendo de lo que devenga mi esposa en su trabajo y como yo tengo un carro particular, optamos por habilitarlo para entregar domicilios y así subsistir porque no tenemos otra forma de generar ingresos sino es por la piscina”, mencionó Luis Alfredo Benjumea Méndez, administrador del escenario deportivo. 

La crisis se acentúa

El trabajador independiente dejó de recibir un promedio de 150 personas durante los fines de semana por cuenta del Covid – 19. “A raíz de que es una piscina natural, nosotros renovábamos el agua entre semana para que los turistas llegaran entre sábado, domingo y festivos a usarla. Ahora nos toca dejar que el agua se ponga verde y así lavar las paredes con hipoclorito para reducir los gastos de mantenimiento. Sin embargo, aún sin recibir ingresos tenemos la misma carga tributaria del impuesto predial y la tasa de seguimiento que hay que pagar a Cortolima. Estamos colgados con ellos porque nos difirieron las cuotas, pero ya pasamos a cobro coactivo”, sostuvo el hombre.

De momento, Luis Alfredo espera que la Administración municipal haga un acompañamiento más efectivo al sector del turismo para poder reactivar su actividad económica siguiendo los respectivos protocolos de higiene y bioseguridad. 

Tome nota:

Hace más de 40 años la Sociedad Pequeño París construyó la piscina de Las Brisas y el barrio Villa María. De aquella organización familiar hacían parte el papá del actual administrador del balneario, su tía y el esposo de ella. Tras la muerte de sus familiares, Luis Alfredo Benjumea Méndez tomó la administración del lugar, con el que apoya el sostenimiento de su familia. 

A través de este manantial se abastece la piscina del barrio. 

CIFRA: 150 personas era el promedio de bañistas que llegaban cada fin de semana a la piscina de Las Brisas. 

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