Tal como lo anunciaron la semana anterior, este martes el 80 por ciento del gremio del transporte público colectivo de Ibagué, dejó de prestar el servicio y con los vehículos vacíos recorrieron las principales vías de la ciudad.
Una vez más, propietarios y conductores de busetas protestaron y pidieron auxilio ante la crisis económica a la cual los ha llevado la pandemia del nuevo coronavirus.
Carlos Beltrán, vocero y organizador de la protesta, insistió en que el 35 por ciento de la capacidad de pasajeros no es suficiente para encontrar el punto de equilibrio entre los ingresos y gastos.
Beltrán recordó que algunas empresas optaron por pagarle diario a los conductores y la cifra no superaría los 30 mil pesos. Además una importante cantidad de trabajadores continúa con los contratos suspendidos.
“Algunos conductores estamos laborando apenas 15 días del mes. Eso significa unos 500 mil pesos de sueldo y no son suficientes para los gastos. Cada vehículo necesita 60 mil pesos de Acpm diarios y a veces el propietario tiene que sacar de su bolsillo para tanquear”, contó el conductor Carlos Barrero.
El profesional del volante añadió que no han recibido ninguna ayuda del Gobierno. “Estamos hartos de sobrevivir, queremos vivir”, “estamos en crisis y la Administración hace oídos sordos”, se leía en los carteles que pegaron a los vehículos.
Reunión
Al cierre de esta edición, el alcalde Andrés Hurtado y el secretario de Movilidad, César Fabián Yáñez, se reunían de manera virtual con propietarios y representantes de las empresas para buscar una salida concertada al cese de actividades. En el encuentro, el Mandatario local les informó que presentó ante el Ministerio del Interior una propuesta para aumentar al 60 por ciento la capacidad transportadora durante la emergencia sanitaria.