Las fiestas del folclor también mueven el comercio de sombreros y ponchos

Doña Patricia Guerrero tiene un puesto en la calle 14 con carrera Tercera. Fotos: Hélmer Parra / Q’hubo Ibagué

Redacción Q’hubo – qhuboibague@gmail.com

Las fiestas folclóricas son una oportunidad no solo para retomar las tradiciones y cultura de la región, también para dinamizar la economía. Comerciantes tolimenses aprovechan esta época del año para ofrecer productos acordes a las festividades como los ponchos, sombreros y raboegallos.

Luego de dos años de pandemia por el Covid-19, artesanos y comerciantes ibaguereños vuelven a las calles para vender productos propios de las festividades folclóricas. Patricia Guerrero, es una artesana de Ortega que desde niña aprendió a tejer el sombrero tolimense y siguió los pasos de su familia llevando la cultura del Departamento con este arte; sin embargo, durante dos años dejó a un lado la venta de sombreros para comercializar tapabocas. Hoy está de nuevo por la tradicional Tercera ofreciendo gran variedad de estos artículos: “En la pandemia tuvimos que reinventarnos, meternos en todo para poder sostenernos. Ahora volvimos a lo nuestro, pintamos los sombreros, le ponemos pedrería, encajes, pompones, bolitas, siempre innovamos para que nuestros clientes tengan una gama de opciones para escoger”, refirió Guerrero.

Y es que por esta época al cual más busca la pinta perfecta para lucir en los diferentes eventos programados en marco del 48 Festival Folclórico Colombiano y sin dudas el sombrero, poncho y raboegallos son fundamentales en la pinta sanjuanera.

En el mercado pueden encontrar precios accesibles y de todas las regiones del país, de pindo o palma real, el vueltiao, aguadeño, tolimense, boyacense y hasta el mexicano.
Aunque Guerrero procura que el accesorio tolimense sea el más llamativo, en esta ocasión debido a las inclemencias del clima no pudo cumplir con unos pedidos: “No tenemos cogollos, tenía unos pedidos de abanicos y no pude venderlos, pero vamos para adelante”, puntualizó la artesana orteguna.

Y agregó que la gente está muy feliz con el retorno de las festividades de San Juan y San Pedro: “Hay unos que quieren tener sombrero, pero no tienen dinero, por eso damos facilidades con los precios, para que todos participemos, duramos dos años quietos y por eso minimizamos los precios para que todos estemos en fiestas”, dijo.

De fiestas en fiestas vende los sombreros

Hace aproximadamente 10 años, el tolimense Carlos Alberto Gutiérrez vio en la venta de sombreros un empleo para sacar a su familia adelante, hoy y luego de dos años sin fiestas en su tierra, espera que sean un éxito en ventas.

Sin embargo, contó que los impuestos que deben pagar los comerciantes para poder vender sus productos en la calle aumentó: “Antes valía 120 mil pesos y ahora 328 mil pesos más la escarapela son 395 mil pesos, toca pagarlos para vender. Esperamos que sean las mejores fiestas”, dijo Gutiérrez.

El comerciante hace poco llegó del Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar donde le fue muy bien con la venta de sombreros: “Ando por todo Colombia vendiendo sombreros, el empleo en Colombia es duro porque el Estado no genera. Hay más trabajos informales que formales”, refirió.

Carlos Alberto cada vez que viaja arma la carretilla que es su vitrina comercial donde ofrece sombreros, ponchos, botas, trajes típicos y otros accesorios propios para las fiestas.
Durante estas semanas estará rondando por las principales calles del Centro de Ibagué y según él se moverá según por donde vaya el desfile y las personas disfrutando de las actividades folclóricas.

Los pone a la moda

Para la comerciante ibaguereña Cielo Urueña, las festividades son una oportunidad de emprender: “Siempre para las fiestas he vendido sombreros. Llevo 15 años comercializando sombreros. La tendencia para este año son los accesorios, aquellos adornados con pedrería, encajes y pintados”, dijo Urueña.

Cielo compra los sombreros ‘limpios’, pero con su creatividad hace que tengan un estilo diferente decorándolos. “Entre una hora y hora y media me demoro decorando los sombreros. En internet vemos los modelos y los plasmamos para que la gente los utilice acorde a la moda”, contó.

Para la microempresaria, las festividades son una posibilidad de levantarse de nuevo debido a la complejidad en los bolsillos de las familias por la falta de oportunidades y las restricciones dadas en la cuarentena.

Datos

-Los primeros días de junio hubo demanda de sombreros para niños debido a que en los colegios celebraron el folclorito.

-El 23 de junio se rinde un homenaje al accesorio que se convirtió en símbolo de la cultura y de la artesanía tolimense.

-La tradición al tejer el sombrero tolimense es usar la palma real, ahora algunos artesanos usan fibra y otros materiales.

-El sombrero tolimense era usado para protegerse del fuerte sol de la región y estaba relacionado con el estado de ánimo de las personas o el nivel sociocultural de las comunidades rurales.

La cifra

300 mil pesos es el valor del sombrero más costoso en el comercio informal.

15 mil pesos es el valor del sombrero más económico que hay en el comercio informal.

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