Desde marzo, unas 300 familias de la urbanización Villa Yuli y del barrio Rosa Badillo de Ibagué, comparten el confinamiento con un daño de alcantarillado que causa hediondos olores en el sector.
Las aguas negras de las casas brotan por la carretera, salen de las alcantarillas dañadas y van a parar a la quebrada Hato de la Virgen, contaminando el afluente.
Sin alcantarillado
En diálogo con Q’HUBO, Fernando Salcedo, vicepresidente de Junta de Acción Comunal, recordó que ha enviado una buena cantidad de oficios a la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado, Ibal, y aunque personal de la Empresa ha efectuado dos visitas, y en una de ellas observaron las redes con el equipo vactor, no han dado solución a la problemática.
“Hace 15 días habíamos agendado una visita, al parecer el Gerente del Ibal iba a venir a mirar el daño con sus ‘propios ojos’, pero como el toque de queda empezaba a las 5 de la tarde, nos llamaron a decir que la visita quedaba cancelada. Desde ese momento no se han vuelto a comunicar con nosotros”, agregó el líder.
Según don Fernando, la manzana B y C de Villa Yuli y la mayor parte del barrio no tiene red de alcantarillado, pues con el paso de los años se habría desintegrado.
Salen por los sifones
Por su parte, a Edwin Armando Cortés Reina, un habitante del sector, le preocupa el bienestar de su familia e inquilinos porque en ocasiones su vivienda se inunda de aguas negras. “Las aguas negras ya se están rebosando por los sifones. La semana anterior, en mi casa, el agua alcanzó 12 centímetros. Personalmente he buscado al Gerente del Ibal en la oficina y no ha sido posible hablar con él”, dijo.
Y continuó: “El olor es desesperante y no es justo porque somos personas que con esfuerzo pagamos impuestos y la factura del Ibal a tiempo. Hasta el pavimento se está averiando. Que el Gerente nos ayude por Dios”, dijo.
Dato
La urbanización Villa Yuli tiene 21 años de existencia. Desde ese tiempo, no se cambia la red de alcantarillado. Queda cerca a Ciudad Luz.