IBAGUÉ. Ayer a eso de las 4:00 a.m. Jaime Flórez, llegó al parqueadero de la calle 21 con carrera Primera a retirar su vehículo que guardó la noche anterior, pero se llevó una sorpresa al ver su carro forzado y que le hacían falta algunos objetos, por lo que llamó a las autoridades.
“No encontré al celador, pero del vehículo se habían llevado el radio y un televisor. Entonces llamé a la Policía que a los cinco minutos llegó al sitio y encontraron al vigilante amordazado”, señaló Flórez.
Al parecer los ‘pillos’ aprovecharon la madrugada e ingresaron al parqueadero donde también funciona el taller de latonería y pintura de razón social ‘Taller Moisés’, amarraron al celador y cometieron el delito sin dejar rastro.
La pesadilla. Según José Rincón, quien es el vigilante del local desde hace siete meses, fueron dos los sujetos que lo amordazaron: “Me preguntaron si había servicio de parqueadero, les dije que sí, abrí la puerta y con un revólver me amenazaron y me echaron pa’l particular. Luego me amarraron con una cuerda, me pusieron una cinta en la boca y me metieron dentro de un carro. No me di cuenta de nada más, como a las 4:00 llegaron los policías, pero no me soltaron y hasta las 6:00 como pude me desamarré”, señaló la víctima.
Al sitio llegó la Sijín de la Metropolitana para investigar lo que sucedió, por lo que acordonaron el sitio y no dejaron ingresar a los propietarios de los carros: “Nos dijeron que debíamos esperar para mirar si los ladrones se llevaron algo de los buses”, contó un conductor.
Solo hasta cuando las autoridades tomaron huellas y revisaron el sitio dejaron entrar a los conductores, que esperaron por más de dos horas fuera del parqueadero.
Sin cámaras. De acuerdo con vecinos del sector no hay cámaras de seguridad pese a que las han solicitado, pues frecuentemente los delincuentes roban a los transeúntes y huyen hacia la ‘Vuelta del Chivo’ o al barrio El Bosque.
Sin energía. Según el encargado de la vigilancia, durante los hechos no hubo energía eléctrica, situación que aprovecharon los ‘cacos’ para cometer su fechoría.