Próximamente, tendrá que someterse a otras intervenciones quirúrgicas. Pero agradece a Dios, que pudo librarse de la muerte.
A mediados de enero del 2025, Colombia se sacudió con una impactante noticia alusiva a un «caníbal». Una mujer identificada como Paola Andrea Ospina Echeverry, de 30 años, madre de tres hijos de 8, 12 y 14 años y quien residía en la ciudad de Bogotá, sufrió un grave ataque por parte de su compañero sentimental, un ibaguereño menor que ella, de nombre Andrés Felipe Palomino Guzmán.
Los medios de comunciación y diferentes páginas en ese momento publicaron una foto en la que aparece Ospina muy malherida, con su rostro inflamado y en parte desfigurado. Según la primera versión de la víctima, su pareja le había mordido sin compasión hasta arrancarle parte de su nariz y boca.
Dos meses después del ataque, Paola concedió una entrevista para el canal Más Allá Del Silencio Podcast, dirigido por el periodista Rafael Poveda. Allí reveló impactantes detalles de esa madrugada de terror en la que su vida cambió.
Comenzó contando que Palomino tenía mucho control sobre ella, incluso en aspectos muy cotidianos como el uso de sus redes sociales, ubicación en tiempo real, videollamadas, cuenta de Google y en la casa tenía cámaras. «Yo acepté todo eso y él sabía si estaba o no estaba, si salía, si me demoraba o no», reconoció Ospina. Puede leer: Encontraron muerto a don Pedro en Ibagué; estaba desaparecido desde el miércoles
Aunque al principio fue una relación aparentemente sólida, la mujer recordó que mostraba ciertas señales de celopatía. Respecto al día de los hechos, recordó que sintió la necesidad de esconder el cuchillo de la cocina mientras él salió a tomar unas cervezas. Y al retornar, dice ella, el hombre ingresó a la cocina buscando este objeto e incluso le preguntó dónde lo tenía. Acto seguido se produjo una discusión que transcendió rápidamente a la agresión física. En este vaivén de gritos, insultos y empujones, Ospina mencionó que su novio optó por lanzarle mordiscos al punto de rasgarle la piel. En contexto: Ibaguereño atacó a mordiscos a su pareja; casi la mata
Ante esto, ella cuenta que al verse herida y con mucha sangre, se dio por rendida y le dijo que la soltara. Lo más terrible vendría después, cuando presuntamente Palomino aspiraba a dormir con ella como si nada hubiera sucedido. «Para él era como todo normal, pero yo le decía que me dolía mucho y que tenía que ir al hospital y le pedí que me dejara ir», expresó aterrada. Tras esto, explicó que tuvo que esperar un par de horas hasta que él decidió que la dejaría salir. Además: Atentaron contra dos prestamistas en el norte del Tolima
Allí fue cuando tomó un taxi y se dirigió al hospital de Fontibón. La impresión de los médicos no era para menos, pues, el estado de Ospina era lamentable, tanto así que tuvo que ser ingresada a quirófano de manera inmediata porque se estaba desangrando.
Luego de esto, ella, en colaboración de la Sijín y con el paso de los días, logró ubicar de nuevo a su agresor para hacerlo caer ante la ley. Fue así que, por medio de llamadas y mensajes cariñosos, intentó persuadirlo de que todo estaba bien y que primaba el amor. Sin embargo, esto solo era una estrategia para citarlo en un punto específico de Bogotá y lograr su captura.
Uno de los detalles más alarmantes es que, según cuenta ella, cuando le avisó a su suegra (quien vive en Ibagué) que necesitaba ayuda por una grave herida que le había ocasionado su hijo, no reaccionó de ninguna manera y le dio la espalda.
Con toda su experiencia, Ospina envió un sentido mensaje a todas las mujeres y es a no confundir los celos con el amor: «no creer que porque me cela, es porque me quiere. Celos no es amor«, recalcó.
Dato: Al momento de la captura, ella se bajó el tapabocas y le dijo «mira cómo me dejaste», a lo que él solo agachó la cabeza y guardó silencio.
Nota: Para más detalles de esta entrevista, pueden observarla en el canal ya mencionado.