Edwin Gutiérrez qhuboibague@gmail.com
Durante la noche del jueves 26 y la madrugada del viernes 27 de abril de 2007, la temporada de lluvias ocasionó una tragedia en Ibagué. El hecho dejó un saldo trágico de seis personas fallecidas, 30 heridas y alrededor de 500 familias damnificadas.
En aquella ocasión, una mujer y su hija murieron sepultadas por un muro de contención que colapsó en la cuesta de Chapinero, otra madre y su pequeño hijo murieron a causa de un deslizamiento en el barrio San José y otras dos personas perdieron la vida en la vereda San Francisco. El pasado martes 26 de abril, exactamente 15 años después, en este mismo lugar ocurrió un hecho parecido que acabó con la vida de un comerciante de arepas, tragedia que seguramente se pudo evitar.
Tragedia del 26 y 27 de abril de 2007
“’Diluvio’ en Ibagué dejó balance trágico”: así tituló el periódico El Nuevo Día en su edición del sábado 28 de abril de 2007, la noticia que daba cuenta de la tragedia ocurrida en la ciudad luego del fuerte aguacero que cayó la noche del jueves 26 y la madrugada del viernes 27 del mismo mes.
El jueves 26, sobre las 10 de la noche, los organismos de emergencia fueron avisados acerca de la caída de dos muros de contención en la cuesta de Chapinero, los cuales sepultaron la vivienda donde estaba Nalsi Aurora Durán, de 36 años, y su hija, Sandra Jineth Medina, de nueve. El rescate de ambos cuerpos solo fue posible 36 horas después, durante la mañana del sábado 28 de abril, gracias a la labor del Cuerpo de Bomberos Oficiales de Ibagué.
Esa misma noche del 26 de abril, en el barrio San José, ubicado a pocos metros de la cuesta que comunica al barrio Combeima con la plaza de mercado La 14, también ocurrió otra tragedia. Allí fallecieron Alexandra Lucumí, de 23 años, y su pequeño hijo Alan Andrés Lucumí, de tres meses de nacido.
La tragedia a raíz del aguacero de la noche del 26 y la madrugada del 27 de abril se extendió hasta la zona rural y en la vereda San Francisco, ubicada en el corregimiento 13 de Ibagué, perdieron la vida dos personas a causa de un deslizamiento. Las víctimas fueron identificadas como Edna Leidy Cardenas Martínez, de 30 años, y Jhon Alexánder Ticora, de tres años.
Otra tragedia
Quince años después de la tragedia de 2007, volvió a ocurrir una emergencia parecida en la cuesta de Chapinero. La mañana del pasado jueves 27 de abril, un aguacero provocó el deslizamiento de una parte de la montaña ubicada en la parte trasera de la clínica Tolima. En el hecho falleció sepultado Jorge Orlando Castellanos, de 58 años, conocido en el barrio por ser el propietario de una fábrica de arepas.
En esta ocasión, la víctima estaba trabajando cuando un primer alud de tierra lo dejó atrapado hasta la cintura y mientras pedía auxilio, un segundo derrumbe terminó de sepultarlo. Don Orlando laboraba asando arepas desde hacía 20 años en un pequeño espacio construido en tejas de zinc y guaduas, ubicado justamente debajo de la peña de la cual se desprendió el lodo, las piedras y el material vegetal que terminaron con su vida.
A pesar de los planes de reubicación que se llevaron a cabo en 2009 y las advertencias del Gobierno local acerca de la vulnerabilidad de la zona, las tragedias y el riesgo en este sector siguen presentes.
Algunos de los afectados, en diálogo con Q’HUBO, manifestaron que desde hace 30 años le han solicitado a la Administración municipal que atienda un problema de aguas residuales que se registra en la parte alta de la montaña, sin embargo, no se le ha dado solución.