El precandidato presidencial Sergio Fajardo, presentó una propuesta para crear hasta 3.4 millones de empleo de urgencia, para atender la difícil situación que pasa el país por la pandemia del Coronavirus que golpeó los puestos de trabajo.
Fajardo, quien fue candidato presidencial en las elecciones del 2018, sostiene que el programa tiene dos líneas de acción, una, la principal, consiste en la implementación de proyectos de empleo de emergencia y la segunda en el apoyo de generación y recuperación de trabajos en las empresas.
Para el dirigente político, de esa forma se construyen las bases para el desarrollo de una estrategia pragmática de largo plazo que integra políticas de desarrollo productivo, reconocimiento a la diversidad y las capacidades regionales, nuevos marcos institucionales laborales y pensionales, y una economía que le da un papel protagónico a la construcción de una sociedad del conocimiento.
Fajardo indica que se pueden crear 1,4 millones de nuevos empleos mediante el desarrollo de 10.000 proyectos públicos de empleo de emergencia en dos años, bajo el protagonismo de los municipios y departamentos, dando prioridad a generar empleo formal de mano de obra no calificada; crear puestos de trabajo para mujeres, jóvenes, población afro e indígena.
Plantea que los proyectos deben ser desarrollados en actividades que promuevan el desarrollo regional, la seguridad alimentaria del país, la inclusión social, la sostenibilidad ambiental y, en general, la construcción de capacidades regionales para la transformación social.
Indica que el programa es ambicioso y que el valor máximo para sus dos líneas de acción es de 50 billones de pesos (5% del PIB), con dos fases de 25 billones de pesos cada una. “Los recursos públicos del programa ‘Empleo de emergencia ya’ serían cubiertos por una adquisición directa de TES al gobierno por parte del Banco de la República o a través de préstamos internacionales. En este momento la prioridad macroeconómica y la mejor inversión es el empleo.
Las condiciones actuales permiten la activación de instrumentos menos convencionales de política monetaria y fiscal. De ninguna manera la financiación del programa de empleo de emergencia puede resultar de sacrificios del gasto social que ya está en marcha”.