Norma Bejarano.
Psicóloga-Sexóloga
¿Por qué Cecilia sigue con Rodrigo a pesar de los problemas sexuales de este? Sólo ellos lo saben, y seguro es por algo que les compensa. Escribe Amezúa, «compensar es una forma de apaño (plan, acuerdo). Los soberbios dirían que eso no es una pareja y que no vale la pena vivir así. Que más vale buscarse otra cosa y cada cuál por su camino. [Y pregunta] ¿Quién puede constituirse en juez para decidir esto cuando a ellos conscientes, eso les sirve?».
¿Relaciones de bolsillo?
Ciertas parejas caen en terror cuando sus diferencias de deseo comienzan a notarse o, cuando algo falla en sus asuntos amatorios, también cuando se pasa de las más brillantes euforias y excitaciones, al modesto arrunchis del sabadete y, cuando ya nada parece como en la primera cita. Entonces el joven Eros es condenado como en la otrora mitología a deambular por las calles en búsquedas interminables de otras parejas para el desquite o la (des)confirmación de las ‘averías’. Esa mitología que decía que Eros se hallaba en cualquier parte pero que no se quedaba mucho tiempo, es la lógica del nuevo capitalismo que lo convirtió en una divinidad menor, un cegato arroja flechitas para que los humanos se encuentren estúpidamente en una suerte de «relaciones de bolsillo», instantáneas y descartables cuando ya nada dura porque la cosa no está dura.
¡Una pareja no acaba nunca de hacerse!
A muchos expertos les interesa más el arte de romper relaciones enseñando como salir ilesos del tropiezo; piensan más en como se deshace la pareja cuando se enfrenta, a diversas dificultades sexuales. Pero a nosotros nos interesa más como se hace y como resuelve sus líos de cama. Buen número de diadas pasan por los despachos sexológicos, aunque pareciera que quienes acuden son hombres y mujeres por aparte, nuestro cliente más común es la pareja. La gran mayoría de las dificultades humanas se producen en la relación de un sujeto con otro. Por eso nuestra mayor aliado a la hora de resolver una dificultad erótica es la diada. En pareja se genera el síntoma y en pareja se resuelve. «Una pareja no acaba nunca de hacerse; y por eso mismo puede deshacerse y rehacerse». Los amantes con el tiempo crean complicidades y formas de entendimiento. Las diadas crean y producen continuamente, se vuelven sujetos y no cosas de usos o medios.
¡Explorar lo más posible!
Cada pareja tiene su propio ars amandi, su amatoria (noción que ya escribí en otro artículo). Cuando se presenta una dificultad erótica no sabemos cuanto tiempo más puede la pareja intentar, pero nuestro objetivo es que ésta se explore antes de salir a deambular o desecharse. Que explore lo más posible todo lo que Eros de. Eros, contrario a los consumos, cohesiona, vincula y sostiene lo que ha emergido. El territorio es extenso antes de llegar al límite. La hondura de ciertas experiencias son propias de cada vínculo. Cada pareja tiene sus propias reglas y lógicas, cada una organiza su intimidad sexuada. Eso sí, cuando la diada vea y sienta que ha llegado su fin, o que hubo situaciones no conciliables, que también sepa cómo elaborar, de manera razonable, su separación.
Master y Johnson escribieron: «La pareja no es exactamente el otro del uno ni el uno del otro sino la unidad de referencia creada entre los dos a través de sus complicidades, deseos e intereses.» Por eso es la aliada que nos permite la clave para entender sus satisfacciones e insatisfacciones, sus desdichas e infelicidades.