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El 17 de febrero de 2009, Vicente Fernández dio uno de sus últimos conciertos en Colombia. Fue en el Parque Jaime Duque, ubicado en el municipio de Tocancipá, Cundinamarca, a una hora de Bogotá, en donde a pesar del frío más de 25 mil personas llegaron a verlo. Para ese momento, el precio de una boleta iba desde 120 mil pesos hasta palcos de doce millones de pesos.
Mientras su salud se lo permitió, el cantante mexicano, que siguió publicando discos hasta los 80 años y llegó a tener centenares de composiciones, se presentaba en Colombia regularmente, alrededor de cada dos años.
Era tanta su acogida en el país, que para ese concierto de febrero de 2009, las boletas se acabaron dos semanas antes de la presentación y fue necesario abrir un nuevo concierto, para el 13 de marzo siguiente, en el mismo lugar.
Y así llenó plazas en todo el país. Fernández se presentó el Carnaval de Barranquilla, al lado de artistas vallenatos, en el estadio Romelio Martínez; en la Feria de Cali, junto al salsero Marc Anthony, y en la Feria de Manizales, junto a Gilberto Santa Rosa y Totó La Momposina. Fernández también llegó a ser uno de los artistas que más discos vendía en el país. Para ese momento, ya había vendido más de cinco millones de copias en Colombia de toda su discografía.
Sus hijos Alejandro y Pedro, e incluso su nieto Alex han mantenido su dinastía, presentándose también con bastante éxito en el país.
Fernández pasará a la historia como uno de los mariachis más legendarios: logró llenar las cuatro principales plazas de Ciudad de México, un récord que nunca antes se había hecho; protagonizó 31 películas; publicó más de 80 discos; cantó en duetos con grandes artistas como Raphael, El Puma, Plácido Domingo y hasta grabó con el Trío Los Panchos. Un artista que cumplió siempre su lema: “No dejo de cantar hasta que ustedes no dejen de aplaudir”.