La lepra: una enfermedad que exige más acción y menos estigmatización

El último domingo de enero se conmemora cada año el Día Mundial contra la Lepra, una oportunidad para sensibilizar sobre esta enfermedad infecciosa crónica que ha afectado a la humanidad desde tiempos antiguos y que se busca esté erradicada para 2030. Coosalud EPS se une a esta campaña.

La lepra llegó a Colombia durante la conquista y se expandió rápidamente por el país, especialmente en Boyacá y Norte de Santander, durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX. En 1873, el noruego Gerhard Armauer Hansen descubrió el bacilo causante de la lepra, un avance clave en la lucha contra esta enfermedad. Desde entonces, el esfuerzo por erradicarla ha sido una batalla constante.

La conmemoración del Día Mundial contra la Lepra, el último domingo de cada mes de enero, fue establecida en 1954 por el médico y activista Raoul Follereau, quien dedicó su vida a brindar apoyo a las personas afectadas por la lepra y luchar contra el estigma social que enfrentaban. Esta fecha nos recuerda la importancia de ofrecer atención y respeto a los pacientes, así como la necesidad de eliminar los prejuicios.

La también llamada enfermedad de Hansen es producida por la bacteria Mycobacterium Leprae, que se reproduce lentamente, aunque se estima que tiene un período de incubación de cinco años, puede aparecer en el término de nueve meses o superar incluso los 20, según estudios.

En sus comienzos se creía que era altamente contagiosa y esto llevó a la estigmatización y aislamiento de quienes la padecen, a pesar de que hoy se sabe que se transmite por contacto cercano y frecuente con personas infectadas no tratadas, a través de fluidos de nariz y boca.

La lepra afecta primordialmente la piel, los nervios periféricos, la mucosa del tracto respiratorio superior (nariz) y los ojos. Se manifiesta con manchas cutáneas de baja pigmentación, rojizas o por nódulos que evolucionan a lesiones y pérdida definitiva de la sensibilidad en la zona donde se localizan, así como la movilidad de las manos, los pies o la cara. También puede evidenciarse hormigueo en manos y pies y debilidad muscular.

“Si no se trata al inicio los síntomas puede desencadenar secuelas progresivas y permanentes, que incluyen deformidades y mutilaciones, reducción de la movilidad de las extremidades e incluso ceguera”, cuenta Enrique Mazenett, gerente nacional de Epidemiología de Coosalud, quien aclara que hoy la lepra tiene cura y, con el tratamiento oportuno y adecuado, se reducen considerablemente las posibilidades de discapacidad.

No obstante, los avances en el tratamiento y la atención de esta enfermedad constituyen aún un problema de salud pública en varias partes del mundo, incluidos países en desarrollo.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lepra es una enfermedad desatendida de la cual en 2021 se reportaron más de 200 mil nuevos casos en el planeta y sigue presente en 120 países. La Organización Panamericana de la Salud (OPS), señala que durante la pandemia de Covid-19 los indicadores de lepra de la región disminuyeron, pero no por una disminución real de casos, sino porque los programas nacionales de lepra interrumpieron parcial o totalmente sus actividades y los pacientes dejaron de buscar atención médica.

En 2022 se registraron 174.087 nuevos casos y ese mismo año en las Américas, 22 países y territorios notificaron en total 21.398 casos nuevos de lepra, 92% (19.635) de ellos en Brasil, que concentra 94% de los casos de toda la región. Le siguieron Venezuela (325), Colombia (294), Paraguay (256), Argentina (142), Cuba (140), México (132) y República Dominicana (97).

En Colombia hoy en día se mantiene una prevalencia de 0,8 casos por cada diez mil habitantes, es decir menor a uno, límite establecido por la OMS. Todo esto permite concluir que, si bien se trata de una enfermedad tratable y curable, la lepra sigue siendo un problema de salud pública en varias regiones del mundo.

Según el informe del Instituto Nacional de Salud, aunque la prevalencia ha disminuido en las últimas décadas, el país ha registrado casos de lepra en diversas regiones, especialmente en áreas rurales, comunidades indígenas y comunidades con acceso limitado a servicios de salud, así como personas en condiciones de pobreza con sistemas inmunológicos comprometidos.

Además, factores como la migración y el desplazamiento forman un caldo de cultivo que requiere total atención y acción. Pero, sumado a todo esto, la falta de sensibilización sobre la enfermedad ha llevado a que desde el siglo XIX hasta hoy, persista la estigmatización de los enfermos de lepra y se dificulte el diagnóstico y tratamiento, pues ese desconocimiento y el miedo al rechazo social hacen que quienes la padecen no busquen atención médica y sufran graves complicaciones.

“Todo esto dificulta el diagnóstico temprano y el acceso al tratamiento porque muchas personas no acuden a la atención médica por temor a enfrentar la discriminación, lo que hace que se perpetúe el ciclo de la enfermedad”, sostiene el informe del INS.

Trato digno y respetuoso, parte de la cura

El Día Mundial contra la Lepra, establecido en 1954, es usado como un recordatorio de la necesidad de atención y apoyo para quienes viven con la enfermedad, así como de la importancia de erradicar el estigma que la rodea.

Para Coosalud esta fecha es una oportunidad para recordar que, aunque la lepra es una enfermedad antigua, la lucha por la dignidad y los derechos de quienes la padecen es ahora más relevante que nunca. A través de la educación, la sensibilización y el compromiso colectivo, se puede avanzar hacia un futuro donde la lepra sea solo un capítulo en la historia de la medicina.

“Hacemos un llamado a la acción. Gobiernos, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil deben unirse para garantizar que todos tengan acceso a la atención médica necesaria y para fomentar un entorno inclusivo y solidario”, agrega Mazenett.

El diagnóstico de forma temprana del mal de Hansen es crucial para prevenir complicaciones y su transmisión, por lo cual el INS subraya la importancia de capacitar a los profesionales de la salud para identificar los síntomas.

Además, ha implementado diversas estrategias para el control de la lepra en Colombia, que incluyen campañas de sensibilización para educar a la población sobre la enfermedad, la importancia de la detección temprana y el tratamiento adecuado. Y ha establecido programas de vigilancia epidemiológica para monitorear la incidencia de nuevos casos y garantizar que los pacientes reciban el tratamiento necesario.

Responde así al direccionamiento que la OMS publicó en el documento ‘Hacia cero lepra’. Estrategia mundial contra la lepra (enfermedad de Hansen) 2021-2030, en el que la expresión “cero lepra” implica cero infecciones y enfermedades, cero discapacidades y cero estigmatización y discriminación.

“Su objetivo es eliminar la enfermedad, es decir, interrumpir su transmisión mediante la aplicación de hojas de ruta integradas de cero lepra en todos los países con lepra endémica; ampliar la prevención de la lepra junto con la detección activa e integrada de casos; atender los casos y sus complicaciones y prevenir nuevas discapacidades; combatir la estigmatización y garantizar el respeto de los derechos humanos”, comenta el organismo.

Como parte de esta estrategia, elaboró módulos de aprendizaje electrónico para ayudar a los trabajadores de la salud de todos los niveles a adquirir más conocimientos y competencias sobre el diagnóstico y tratamiento oportuno de la lepra y la atención de las discapacidades, que se pueden ver a través de la plataforma OpenWHO, creada por la OMS para emergencias sanitarias.

FOTO: 26 de enero, Día Mundial contra la Lepra. Freepik/ El Nuevo Día.

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