La justicia llegó

El Juzgado Octavo Penal del Circuito, en audiencia virtual, condenó a 21 años de prisión a Anderson Contreras Poveda por violar y dejar en estado vegetativo a Nury Alexandra Prieto Quintero, durante un asalto sexual en el apartamento de la joven ocurrido el 29 de diciembre de 2018. 

El togado negó la prisión domiciliaria que solicitó la defensa de Contreras Poveda, que argumentó la pandemia del Covid-19 para pedir este beneficio. Por tal razón, el sujeto deberá pagar el tiempo de condena tras las rejas. 

La Red de Mujeres, que apoyó y presionó con apoyo de los medios de comunicación para que el caso no quedara impune, en cabeza de su directora, Stella Gordillo, celebró la decisión de la justicia. 

La brutal agresión 

Los gritos de una Nury Alexandra alertaron a los vecinos de su apartamento ubicado en la carrera 4C bis con calle 27 del barrio Hipódromo. Cuando acudieron a ayudarla, la encontraron inconsciente, semidesnuda, con su tanga rasgada y signos de intento de estrangulamiento en su cuello, los cuales le causaron daños irreparables.

El sujeto confundió la relación de amistad y la amabilidad de Nury y la atacó en su casa. No violentó la chapa de la puerta porque tenía llaves debido a unas reparaciones que estaba haciendo en la residencia donde vivían unos de sus familiares.

Ese día, la joven, de contextura pequeña, estaba sola e indefensa en el apartamento. Era la mañana del 29 de diciembre de 2018. Hacia las 8 de la mañana los vecinos de Nury escucharon los pasos de una persona que corría por los tejados.

Después del inhumano ataque, Nury fue auxiliada por los vecinos y la Policía del Cuadrante, quienes le pidieron a una vecina que le pusiera un short y la sacaron envuelta en una sábana rumbo al Hospital Federico Lleras Acosta. 

La investigación

Dentro del proceso de investigación, los peritos de la Fiscalía hallaron rastros de semen en su ropa interior y en el colchón de la habitación de la joven.

Además, los vecinos señalaron que escucharon ruidos en los tejados. Uno de ellos indicó que escuchó el portón de su casa y echó de menos un casco de motocicleta.

Asimismo, la Fiscalía recopiló las grabaciones de las cámaras de seguridad que tenían locales como el Restaurante Pimentel y Tecnicentro la Quinta, en las cuales se observa a un sujeto alto con camiseta negra con mangas blancas y un casco de moto en sus manos, que iba en dirección hacia la carrera Quinta.

En el apartamento de Nury los investigadores hallaron dos teléfonos: el de ella y otro de Contreras Poveda. En este celular hallaron fotos del hoy condenado vistiendo una camiseta negra con mangas blancas, la cual coincidía con la vista en la grabación de las cámaras de seguridad cuando huía del sector donde cometió la violación. De la misma manera, encontraron imágenes de la cédula de ciudadanía, pasaporte y la licencia de conducción del violador y verdugo de la joven. 

Entre las entrevistas recopiladas por el ente acusador, está la de un testigo que vio al sujeto ese sábado con el torso desnudo, una camiseta y un casco en la mano, y le ofreció 50 mil pesos para que lo llevara a un sitio sin definir. 

Llegaron por él

La familia de Contreras Poveda habría intentado encubrirlo. Sus parientes, que residían en un apartamento en la misma vivienda donde fue atacada Nury, se fueron del lugar y apagaron sus celulares.

Sin embargo, dentro de una investigación seguida por la Fiscalía 60 Seccional URA contra un familiar de Contreras Poveda, lograron dar con el paradero del sujeto, gracias a las interceptaciones telefónicas en las que aparecía una mujer.

Contreras Poveda fue capturado en mayo de 2019 por servidores del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) en el Meta. 

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