REDACCIÓN Q’HUBO qhuboibague@gmail.com
Socialmente, la emoción de la envidia no es tan tolerada en la medida en que dicha expresión es bastante evidente y se convierte en un motivo de total rechazo de otros, debido a que se trata de un sentimiento que produce comportamientos destructivos hacia sí mismo y hacia las demás personas.
Para llegar a entender ese sentimiento corrosivo hay que saber de antemano que se trata de sensaciones dolorosas, acompañadas de dificultad en el reconocimiento propio, es decir, que el deseo de tener lo que otro tiene o ser lo que otro es, permite sentir bastante vulnerabilidad, lo cual da lugar a la ira, los celos, la rivalidad, el egoísmo, la manipulación y la venganza.
Cuando una persona carece de valores humanos y de paso existe ausencia de una fuerza interna para alcanzar sus metas, entonces busca incansablemente añorar lo de los demás. Junto a esto, se presentan también las ganas de rivalizar con el agente que le produce envidia, porque esta es la forma de llenar su ego y buscar satisfacción con el fin de calmar la preocupación de su propia frustración, “querer destruir a otro no es nada más que la demostración de insatisfacción consigo mismo”.
Por otra parte, sufrir de envidia evita tener sentimientos placenteros de amor, respeto, honestidad, alegría, empatía y bienestar. Infortunadamente de generación en generación se han ido formando las falsas creencias de que la envidia es mejor despertarla que sentirla, o que existe envidia de la buena y de la mala. Estas dos afirmaciones fomentan un desorden en cuanto a terminología y además en la acción. La primera se traduce en estar en competencia con el mundo exterior y, la segunda, corresponde a tener la presencia del mismo sentimiento, pero de manera disfrazada.
Hablar de envidia buena o mala no deja de ser envidia ¡Sí señores! Ese deseo desbordado de querer lo que no se ha podido construir por los propios medios. Una cosa es admirar a alguien y verle como un referente positivo a seguir de manera motivacional, y otra muy distinta es hacer daño para querer tener lo que no es de uno.
Todos tenemos suficientes capacidades para alcanzar lo que deseamos, desde el aspecto personal hasta el plano de lo material, pero si no se trabaja absolutamente nada en conseguir lo anhelado, de hecho, se estará cayendo una y otra vez en ese sentimiento hiriente de pretender ponerse en comparación con cualquiera.
La autorrealización de alguien no depende únicamente de mirar ejemplos, en otros, es claro que si no se efectúa con acciones y planteándose objetivos alcanzables, jamás se obtendrán los resultados esperados. Envidiar a los demás no te hará una gran persona, por el contrario, por donde quieras ir tendrás un enorme rechazo. A nadie le gusta compartir su tiempo o vigor con alguien que está focalizando toda su energía en sentimientos tan bajos y dañinos.
Consecuencias de sentir envidia:
1-Enfermedades físicas
y mentales.
2-Rechazo social.
3-Poco crecimiento
personal.
4-Conflictos permanentes.
5-Ruptura de las relaciones interpersonales.
6-Incremento de otros
sentimientos negativos.
7-Agotamiento de la energía vital.
8-Complejo de inferioridad.
Tips para dejar de sentir envidia
1- Reconoce el sentimiento de envidia.
2- No te compares con nadie.
3- No vivas en competencia con los demás.
4- Reconoce tus capacidades.
5- Valora lo que eres y tienes.
6- Alégrate de los éxitos de otros.
7- Ponte metas alcanzables y trabaja para tener
resultados.
8- Rodéate de personas que no sean envidiosas y
aprende de ellas.
9- Comparte lo que eres y tienes.
10- Toma el hábito de la gratitud.