IBAGUÉ. William Guerra, empleado del distrito de riego Asocombeima, recibió turno ayer a las 6:30 de la mañana. Un par de horas más tarde, en su recorrido habitual por la compuerta del canal de riego ‘Laserna’ para limpiarla de maleza, divisó cerca a la otra orilla del Río Combeima lo que más adelante se convirtió en el hallazgo de un cuerpo en avanzado estado de descomposición:
“Me quedé mirando para allá y le dije a un señor que también trabaja acá: “Ole (sic), eso es como una vaina rara. Allá parece que es un pie o una mano”, y cuando fuimos a ver, estaba la pierna de la persona ahí”, comentó.
Agregó que en los ocho años que lleva trabajando en el lugar, es la primera vez que ve un cuerpo en el río, algo a lo que según él, sus compañeros ya están acostumbrados: “Hace como un mes que encontraron a una persona acá mismo. Según ellos, eso pasa cada rato”, puntualizó.
Duro rescate
El fuerte caudal del Río Combeima, el riesgo a que el cuerpo se desmembrara o siguiera río abajo, y el hecho de estar prácticamente sepultado bajo arena y gravilla que arrastra el afluente, fueron varias de las dificultades que debieron afrontar los integrantes del Cuerpo de Bomberos de Ibagué a cargo del rescate del cadáver.
Tras un esfuerzo inicial que se suspendió para esperar casi una hora y media a que bajara el caudal, el equipo de rescatistas empezó a trabajar en un dique para rodear el cuerpo y evitar que la corriente lo arrastrara. A la 1:34 de la tarde, finalmente fue extraído el cadáver del río y puesto a disposición de la Sijín y la Policía.
Sin identidad
Según lo que los socorristas refirieron a las autoridades judiciales en el lugar de los hechos, se trataba de una joven entre 15 y 25 años de edad, de aproximados 1.65 metros de estatura, contextura delgada aunque posiblemente voluptuosa dadas las características de la zona mamaria y los glúteos, así como el volumen de sus caderas.
El cuerpo carecía de tejido muscular y lo que quedaba era prácticamente piel y hueso debido al agua, por lo que se presume que llevaría de una a dos semanas en el afluente. La zona maxilar inferior se había desprendido y la dentadura de la zona superior parecía intacta.
Aunque no se le encontraron prendas de vestir, cerca a ella había un pedazo de tela roja, al parecer de una blusa, aunque por la basura que arrastra el río, no se sabe con precisión si pertenecía a la mujer. También tenía en la mano izquierda una manilla artesanal de colores blanco y verde, como de un equipo de fútbol. Su pelo era negro, de unos 30 centímetros de largo.
OSCAR BORJA
