IBAGUÉ. Rosa Ermilda Pulido falleció el viernes en la noche a sus 67 años de edad, por varias enfermedades que habían deteriorado severamente su salud, pero su familia se encontraba afligida por una especie de ‘paseo post mortem’, que prácticamente tuvo que soportar para darle cristiana sepultura la tarde del lunes.
Albenis Pulido Silva, sobrina de la difunta, indicó que para comenzar, no tenían dinero para cancelar la cuenta en el Hospital Federico Lleras Acosta, sede Limonar, para reclamar el cuerpo: “El domingo hicimos un acuerdo y dí 67 mil 500 pesos para que me hicieran un pagaré y me entregaran a mi tía”, precisó.
Solucionado el problema inicial, otra ‘piedrita en el zapato’ le apareció a la familia de doña Rosa Hermilda, y tenía que ver con el acta de defunción, según manifestó la sobrina de la abuela fallecida, quien vivió durante cerca de 12 años en el barrio Jardín Santader parte alta:
“En la funeraria no me la aceptaron, porque había un error en el acta de defunción, le pusieron ‘María Ermilda’. Fui el domingo a hablar con los médicos de piso y me dijeron que tenía que ser la misma doctora que me hizo el papel, y necesitamos que nos corrijan el nombre para retirarla”, sostuvo.
“Ya no podemos velarla, apenas la retiremos toca llevarla para el cementerio. Es una injusticia que uno briega a hacer todo lo posible por enterrar a un familiar, pero no se pueda por un error en el nombre que no pueden corregir y que tiene que ser la médico que firmó”, puntualizó Albenis.
Finalmente, el lunes en la tarde se realizó la corrección del documento, y la señora Pulido recibió, aunque ‘a las carreras’, cristiana sepultura en el Cementerio San Bonifacio.
