La carrera Tercera es el lienzo que utiliza un pintor para dibujar imágenes religiosas como pago de una penitencia

Robinson Alberto Lotero Restrepo mientras pintaba en la carrera Tercera. Fotos: Hélmer Parra / El Nuevo Día / Q’Hubo.

El piso de la carrera Tercera de La Musical se ha convertido en el lienzo perfecto para un pintor pereirano. Sobre el suelo plasma imágenes religiosas utilizando tiza y carbón. Su arte ha generado sensación entre los transeúntes del Centro de Ibagué, al ver las obras que crea como parte de una penitencia. Q’HUBO le cuenta la historia de este artista.

Penitencia  
Robinson Alberto Lotero Restrepo, desde los ocho años de edad, descubrió el talento que tenía para pintar, sin embargo, sólo hasta que conoció a un peruano en Medellín, vio que podía llevar el arte más allá: «Me preguntó que si sabía pintar, le dije que sí. Me dijo que Dios me tenía para cosas grandes, que me pusiera a pintar», relató Lotero Restrepo. 

Su arte hace parte del pago de una penitencia. Le prometió a Dios que si lo sacaba de la drogadicción, pintaría todos los días una imagen religiosa hasta el último momento de su existencia. De acuerdo con el artista, hace 20 años se separó de su familia, debido a la adicción por las drogas.

«Le dije, señor si tú me sacas de esto, todos los días voy a pintar para que la gente se acuerde de ti. Ya llevo siete años así. Estuve cinco en Medellín y luego me fui para el Parque Berrío y hace un año he viajado por diferentes partes del país»,  señaló Lotero Restrepo.

En Ibagué 
Hace aproximados 20 días pisó territorio ibaguereño. Llegó a plasmar su arte en la carrera Tercera. Sin embargo, varias personas al ver su talento lo han contratado para hacer otras obras. Según Robinson, le salió ‘trabajito’ y tiene la agenda ocupada en La Musical 20 días más, pintando cuadros, retratos, paisajes, murales y tallando madera.

Robinson Alberto Lotero Restrepo se queda en un hospedaje de la calle 18, cerca al Parque Galarza. Realiza sus trabajos y saca tiempo para ir a la Tercera y dibujar los rostros de la Virgen María, el Sagrado Corazón de Jesús, la Última Cena, ángeles, entre otras figuras.

Aunque no es su trabajo fijo, la gente le da su recompensa: «Lo que reúno me alcanza para comprar las tizas y un mercado que dono cada ocho días a alguien que lo necesite, alguien pobre», indicó el dibujante.

Arte en la calle
Robinson Alberto tiene grabadas en su mente las imágenes religiosas, no necesita tener una base en sus manos para dibujarlas: «La gente se aterra y me pregunta dónde está la muestra. Pero les respondo que la tengo en la cabeza, me la sé de memoria. No es que sea fanático, porque no me importa si son católicos, evangélicos o cristianos, cada quien tiene un Dios y hay que respetarlo, lo importante es que se acuerden de Dios. Hay muchos que critican porque las hago en el piso y que la van a pisar», contó el pereirano.

Agregó que utiliza tiza y carbón para pintar las figuras religiosas. Sin embargo, a veces no tiene estos materiales, entonces busca pedazos de drywall o un ladrillo. Lo importante es no dejar de cumplir su promesa.

«Para mí ha sido muy importante, porque él (Dios) no solo me sacó del mundo de las drogas, también ha hecho que me sostenga para no recaer», puntualizó Lotero Restrepo.

Indicó que no pinta las imágenes de Dios con pintura porque está prohibido. Aunque en Ibagué no ha tenido inconvenientes con las autoridades, recordó que en Cartagena fue a pintar y lo esposaron.

«Me quitaron las pinturas, los aerógrafos, óleos, hasta el último lápiz. Duré como un indigente una semana y me fui para Montería descalzo, cogí un pedazo de ladrillo y empecé a pintar por la mañana y al terminar en la tarde ya tenía para la pieza, para comer y para los materiales, gracias a Dios», recordó. 

Apenas termine de pintar en Ibagué tiene planeado viajar a Buga y seguir recorriendo Colombia, recordando con su arte el amor hacia el Todopoderoso.

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