LÍBANO. Salomón Sanabria, presidente de la Cruz Roja del Líbano, y su hijo Daniel Leandro, fueron atacados por centenares de abejas africanas cuando reforestaban una parte de su finca en el sector La Polca del municipio.
Por fortuna, los acompañaban tres perros y uno de ellos los defendió. Ahora, mientras ellos están fuera de peligro, la mascota tiene pocas probabilidades de vivir.
En diálogo con Q’HUBO, Daniel recordó que como en la finca tienen desabastecimiento de agua, el jueves en la mañana decidieron sembrar árboles cerca a un nacimiento del preciado líquido.
Todo estaba aparentemente bien hasta cuando escucharon el chillido de ‘Muñeco’, uno de los canes.
Al instante, se percataron de que tenían encima cientos de abejas, entonces echaron a correr por una cañada.
El perro se quedó
Aunque ‘Muñeco’ y ‘Mailo’ se devolvieron para la finca, ‘Koko’ sí los siguió y los defendió, pero corrió con tan mala suerte que no pudo pasar un tramo boscoso.
Mientras las abejas se encarnizaron con el canino, don Salomón y el muchacho recorrieron dos kilómetros de camino.
En medio de la angustia y con asfixia, resequedad, hinchazón y dolor, lo único que los hombres hacían era tratar de quitarse los animales con agua que recogían en sus sombreros.
Por fortuna, en el sector la señal de celular es buena y pudieron llamar a los Bomberos y a sus compañeros de la Defensa Civil para que los rescataran.
Fueron trasladados al Hospital donde les inyectaron medicamentos, los hidrataron y les ayudaron a quitarse los aguijones. Infortunadamente el peludo fue hallado una hora después.
“Pensé que ese era mi último día en este mundo. Gracias a los perros que ayudaron a distraer las abejas estamos vivos. También, gracias a Dios no somos alérgicos al veneno”, añadió el muchacho.
‘Koko’, un Golden retriever, permanece en la UCI del Hospital Veterinario de la Universidad del Tolima. Su estado es crítico porque tiene falla renal. Piden oración por su salud.
¿Qué hacer ante un ataque?
Lo primero es correr y mantener la calma ya que, según los expertos, los gritos más las atraen.
También, cubrirse el rostro con la misma camisa mientras se corre, en el caso de niños o mascotas, abrazarlas contra nuestro cuerpo para evitar picaduras en lugares más serios. Y muy importante, cerrar la boca.
Si hay posibilidad, encender una fogata pues el humo las ahuyenta. Si una persona es alérgica al veneno de las abejas, una sola picadura es mortal.