Kevin Guarnizo, de 28 años, atraviesa una complicada situación económica y emocional debido a que desde principio de año llegó a Ibagué con su padre, de 71 años. El joven tenía varios planes visualizados, pero por la pandemia y otros percances no se le dieron.
Ambos terminaron viviendo de posada en una humilde vivienda en el Sur de la Ciudad y según le contó el muchacho a Q’HUBO, están viviendo de la caridad. El cuidado del señor le ha impedido conseguir trabajo. Expresó que le duele y se siente mal por no tener con qué comprarle los pañales a su padre.
Historia
Hace dos años, en un viaje que Kevin efectuó a Coyaima, su tierra natal, se enteró que don Pedronel Guarnizo estaba solo y abandonado. El señor no es su padre biológico, sin embargo fue quien lo reconoció como un hijo.
Así las cosas, habló con su compañera sentimental y se lo llevaron para Bogotá. Hacía años, el muchacho había llegado a la Capital de la República y había conseguido un puesto en una empresa dedicada a la recolección de residuos sólidos.
No obstante, poco a poco el cuidado de don Pedro Nel deterioró la relación con la muchacha con la que vivía, pues él trabajaba y ella se quedaba con el adulto mayor, que no controla esfínteres y tiene problemas de memoria.
En febrero, según contó Kevin, esperando encontrar nuevos horizontes y con la intención de cambiar la monotonía que vivían en Bogotá, él con su padre, esposa e hijo decidieron llegar a Ibagué, pero los agarró la pandemia y el confinamiento empeoró la relación de pareja.
Primero el padre
“Mi expareja se cansó de mi papá. La condición que me puso fue que lo sacara a la calle o lo dejará en un ancianato y no soy capaz de hacer eso porque fue el hombre que cortando y vendiendo leña veló por mí, así fuera poquito lo que consiguiera y así me hubiera tocado desde muy niño trabajar, valoro lo que él hizo por mí y estaré a su lado hasta el último día de su existencia o la mía”, expresó Kevin en medio de lágrimas.
Finalmente, la mujer del muchacho ‘abandonó el barco’ y él y don Pedronel están viviendo de posada en una casa de madera en el barrio La Cartagena de Ibagué.
Aunque los vecinos le ayudan con pañales y mercado, el joven asegura que ya no soporta vivir de la caridad. No obstante, no tiene una persona o entidad que le ayude a cuidar a su padre mientras él trabaja.
Como un niño
“Me han llamado de algunas empresas, pero no puedo dejarlo solo. Tengo que cambiarle el pañal y estar pendiente de que no vaya a abrir la puerta y se vaya (…) es como un niño al que toca cuidar. Algunas personas me dicen que lo deje tirado en un parque que ahí sí la Alcaldía lo ayuda, pero yo no soy capaz de eso”, dijo.
Para colaboración
Las personas que de una u otra manera puedan ayudarle al joven y al anciano, para que tengan una mejor calidad de vida, pueden llamar a las líneas 311 8616549 o 310 771 36 02. ‘Los buenos corazones’ pueden donar pañales, ropa y pañitos húmedos, entre otros elementos.
Frase
Necesito que me ayuden. Estamos solos, no tengo trabajo y estoy cansado de vivir de la caridad”, Kevin Guarnizo