Edwin Gutiérrez
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Este año se conmemoran 24 años del fallecimiento en un accidente aéreo del sacerdote y reportero tolimense Javier Arango Jiménez, uno de los personajes más destacados del periodismo regional durante los años 80 y 90, debido a que alternaba su trabajo religioso con el de locutor en emisoras como Radio Super y La Voz del Tolima, y con el de corresponsal de noticieros nacionales y cronista de diarios locales.
‘Esclavo de Dios y la noticia’
Javier Arango Jiménez fue un sacerdote oriundo de Santa Isabel, quien durante su juventud se desempeñó como acólito de la Catedral, asistiendo a Monseñor Pedro María Rodríguez Andrade durante las misas, que él mismo recordaba como imponentes. En 1960, comenzó su bachillerato y al terminar, comenzó a estudiar Filosofía. Se desempeñó como director de internos del colegio Tolimense y después estudió Teología en la Universidad Javeriana de Bogotá.
Al tiempo que estudiaba y recorría los sectores marginados de la capital de la República con el padre García Herreros, Rene García y un obispo brasileño; también tomaba cursos de radio, redacción, ortografía y la lectura de diarios como El Espectador. A su regreso a Ibagué, comenzó a informar a través de una cartelera en el colegio Tolimense, a la cual denominó ‘Línea Gruesa’. Luego vino su ordenación como sacerdote el 8 de diciembre de 1972, de la mano de Monseñor José Joaquín Flórez.
El padre Javier Arango también fundó la Juventud Misionera en Liberación (Jumil) y un programa radial de un minuto, llamado ‘Dios llega al hombre’, que se emitía antes de las 6. Con el pasar de los años, este sacerdote se convirtió en uno de los personajes más destacados e influyentes a nivel regional durante los años 80 y 90, debido a su trabajo como religioso y a la destacada labor periodística que realizó durante más de dos décadas en emisoras como Radio Súper, donde dirigía la radio revista ‘Presencia y Testimonio’; en La Voz del Nevado, con ‘Foro Ibaguereño’, y en la Voz del Tolima, donde estuvo al frente del programa ‘Tolima Campesino’ durante 22 años.
También escribió en diarios locales como El Derecho, fue corresponsal de noticieros de televisión como TV Hoy durante más de 17 años y prestó servicio de cámaras al noticiero Nacional, labor que lo llevó a recorrer todos los municipios del Departamento, a donde viajaba a cubrir la noticia y a rescatar historias que luego convertía en memorables crónicas.
Un sacerdote muy dinámico
El padre Arango ejerció el sacerdocio durante 26 años, fue periodista durante 23 años, 20 de los cuales estuvo en la cadena radial Súper. Fue capellán de la Sexta Brigada del Ejército Nacional durante 20 años, corresponsal del noticiero TV Hoy a lo largo de 17 años y de otros noticieros durante 10 años. Su día empezaba a las 4:30 a.m. y la jornada, entre viajes, entrevistas, lectura de periódicos, misas y largas horas de edición, se extendía hasta las 11 p.m. Aunque no tenía una parroquia fija, dadas sus múltiples ocupaciones, se destacó por su aporte significativo a la obra de la Ciudadela del Divino Niño, donde oficiaba misas multitudinarias que gustaban a los feligreses por la vehemencia de su predicación; allí también se hizo célebre por las eucaristías de los domingos de ramos. De igual forma, organizaba los recordados vía crucis al cerro de Pan de Azúcar durante cada Semana Santa.
24 años de su partida
El padre Javier Arango estaba a pocas semanas de cumplir 54 años de edad, cuando un accidente aéreo le arrebató la vida en las montañas del Sur del Tolima. Su fallecimiento ocurrió el sábado 20 de marzo de 1999, cuando viajaba a bordo de la avioneta Piper de matrícula HK-1603-P, la cual se estrelló contra el cerro El Copete, ubicado en la vereda Hato Viejo de Chaparral.
Aquel día, Arango Jiménez viajaba con una comisión de funcionarios en dos aeronaves iguales, encabezada por el gobernador del Tolima, Carlos Alberto Estefan Upegui, y empleados del Plante Nacional, el Plan Colombia y la Gobernación; con el fin de definir estrategias para la erradicación de cultivos ilícitos. En la avioneta que viajaba el padre, también iban su camarógrafo Daniel Rojas, el asesor del Plante, Carlos Santiago Cano; el subdirector técnico Víctor Manuel Tafur; el subdirector del Plan Colombia, Alfredo Benoit; el secretario privado de la Gobernación, Carlos Yesid Sánchez, y el piloto Marcelino Moreno.
Seis de los siete ocupantes de la avioneta fallecieron, entre ellos, el padre Javier Arango. El único sobreviviente fue Víctor Manuel Tafur. El martes 23 de marzo, se llevaron a cabo en Ibagué las exequias de cuatro de las seis víctimas mortales, incluidas las del padre Arango, ceremonia que tuvo una asistencia multitudinaria de miles de ibaguereños, a tal punto que la gente se tuvo que ubicar en las calles aledañas a la catedral.