Invasores de Villa Resistencia, de la Ciudadela Simón Bolívar piden que el Alcalde los escuche

Villa Resistencia, ese es el nombre de la invasión que colinda con la Ciudadela Simón Bolívar y donde 430 familias se asentaron por la fuerza porque dicen que desean tener una vivienda digna. Aunque los han tildado de ser delincuentes por estar de manera ilegal en el predio que es propiedad del Municipio, pidieron al alcalde Andrés Fabián Hurtado que los escuche y conozca de primera mano sus necesidades.

Así viven

‘Cambuches’ hechos con bases de guadua, tejas de zinc, polisombra, plástico negro y partes de chatarra son las moradas de estas familias, que en su mayoría son habitantes de la Ciudadela Simón Bolívar y zonas aledañas, pero que dicen que no cuentan con recursos para seguir pagando un arriendo o adquirir una casa ya que muchos están reportados en la centrales de riesgo y la pandemia también los ha afectado.

Según Ana María Muñoz, habitante del sector, desde hace dos años un grupo de vecinos se reunió para sacar adelante la invasión, aunque solo hace dos meses se asentaron en el lugar para formar Villa Resistencia. 

Días atrás, en medio de operativos en los que intervino el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía Metropolitana de Ibagué, fueron desalojados en medio de gases lacrimógenos. Sin embargo, hoy continúan en pie de lucha, hasta el punto de que conformaron grupos encargados de la vigilancia en las tres entradas que tiene Villa Resistencia. Se relevan cada dos horas para evitar que delincuentes ingresen al sitio. Además, están organizados, cada habitante tiene su propio espacio acondicionado a su manera, con camas, cocinas con fogones de leña y otras a gas, para poder vivir porque según ellos, no tienen para seguir pagando un alquiler en otro lugar.  Algunos lotes son más pequeños que otros, pero indicaron que cuando ya estén consolidados legalmente, el terreno será repartido en partes iguales.

Además, tienen un horario que no les permite la entrada al ‘barrio’ que corresponde de 10 de la noche a 5 de la madrugada. Después de esa hora, de nuevo abren las puertas para que la gente que trabaja pueda salir. También realizan actividades sociales con cerca de 80 niños, hijos de los invasores. Hacen lúdicas, talleres y entregan refrigerios.

Piden que los escuchen

De acuerdo con algunos líderes del asentamiento, no son delincuentes y lo único que quieren es que el Alcalde arribe a la zona, hable con ellos y se entere de la situación que están viviendo.

“Me vi en la obligación de estar en el asentamiento en busca de una vivienda, hay mucha inconformidad porque hay gente que dice que tengo casa y no, la que tiene es mi mamá. Nosotros hemos hablado con los vecinos que al principio se sintieron amenazados, pero ahora ellos están con nosotros. El alcalde dijo que éramos vándalos, pero somos personas de bien, hay gente mala, pero para eso deben hacer investigaciones, que tomen las cédulas y quien tenga antecedentes, pues se va sacando”, refirió la mujer.

Y agregó que esa misma gente a la que el Alcalde llama delincuentes fue la que votó por él para que fuera elegido. Solo desean que los reubiquen o los ayuden para poder tener un lugar donde pernoctar, concluyeron. 

No cobran por los lotes

Asimismo, al preguntarle por el supuesto cobro que hacen por un pedazo de lote a las personas dentro de la invasión, la mujer dijo que es mentira: “Es falso. Nosotros hicimos una reunión porque hay una persona que encabeza esto desde hace dos años, él se retiró porque estaban diciendo que él los vendía, dijo que solo iba a luchar por lo de él, nosotros preguntamos a quién les estaban cobrando por un pedazo de terreno y nadie respondió”.

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