IBAGUÉ. El fuerte olor que salía de la habitación que Luis Fernando Amórtegui, de 38 años de edad, había arrendado, permitió descubrir que el hombre se había quitado la vida colgándose de una viga con un lazo.
Desde hace cuatro días nadie sabía dónde se encontraba Amórtegui y sólo hasta en la mañana de ayer lograron hallar el cuerpo.
La propietaria del inquilinato, ubicado en la carrera 60 con calle Segunda, le ayudaba a sobrellevar los momentos de tristeza pidiéndole que la acompañara y aconsejándolo para que siguiera adelante.
El hombre tuvo que afrontar una separación amorosa y se fue a vivir solo cerca a su lugar de trabajo, puesto que era ingeniero de sistemas de la Clínica Los Nogales.
“Yo lo vi tan deprimido a él porque la mujer lo echó. Yo como estudio teología lo llamaba para que se estuviera conmigo y leyera literatura que yo tengo ahí”, dijo la dueña del lugar, quien prefirió omitir su nombre.
Y agregó: “Él tenía planes porque tenía un ‘café internet’ en El Limonar y lo vendió porque le había salido el trabajo en Los Nogales y estaba contento. Yo no lo dejaba encerrarse porque me daba pesar y yo no pensé que fuera a hacer eso”.
Al lugar de los hechos llegó la que sería la esposa del fallecido y aportó información a los uniformados de la Sijín de la Policía Metropolitana de Ibagué, quienes realizaron los actos urgentes.