Ibaguereños despiden el 2021 con los tradicionales muñecos de año viejo

Foto tomada de El Nuevo Día
Muñecos de año viejo. Fotos: Suministradas / EL NUEVO DÍA / Q’Hubo Ibagué.

La prohibición de la pólvora y las costumbres de las nuevas generaciones tal vez le han quitado fuerza a los muñecos de Año Viejo, una tradición con la que los abuelos quemaban todo lo malo que el año les había dejado y con la purificación de las llamas, atraían todo lo bueno para el año venidero. No obstante, la tradición no ha muerto del todo, Q’HUBO encontró exhibidos en algunas casas ibaguereñas varios muñecos, que con creatividad y trabajo en equipo, algunas familias o comunidades elaboraron. Eso sí, los ciudadanos tienen claro que la pólvora es peligrosa así que usarán otras técnicas para darle de baja y quemar todo lo malo del 2021. En Las Ferias, darán de baja hasta al covid-19.  

El borracho 

En el barrio San Pedro Alejandrino la comunidad aprovechó que la pandemia dio tregua y unos vecinos se volvieron a reencontrar para darle vida a ‘El borracho’. Trabajaron una semana en su elaboración y representa a un motociclista que por incumplir las normas de tránsito y mezclar alcohol con gasolina terminó sin un ojo y con varias fracturas en su cuerpo. Sin embargo, no cogió escarmiento y hasta hoy estará bebiendo en una tienda del sector. 

“Hace muchos años no teníamos Año Viejo, pero este año, como duramos bastante tiempo con restricciones, aprovechamos que pudimos reunirnos. El Año Viejo representa unión y alegría. Queremos un 2022 con menos accidentes de tránsito. Queremos que los conductores siempre recuerden que en la casa los esperan”, expresaron los vecinos.  

¡Que se vaya para siempre !

Para estas fechas, Arlex Vanegas Flórez siempre recuerda a su padre Luis Enrique Vanegas Obando, quien siempre hizo su Año Viejo y lo exhibía en su vivienda, por la bajada de la calle 25, que lleva al barrio Las Ferias. Don Luis falleció hace 10 años y desde ese momento la costumbre se apagó, sin embargo, este año, a raíz de la pandemia, don Arlex quiso darle vida a Covi – 19. “De niño siempre vi a mi papá fabricando muñecos y los llenaba y quemaba de pólvora y nunca nadie se quemó”, dijo el hombre.

Y agregó: “Aunque ha pasado una década desde la partida de mi papá, lo recuerdo con mucha nostalgia. Este año sentí ese deseo de hacer el Año Viejo e hice a Covi. Pienso quemarlo con gasolina, con la esperanza de que en el 2022, la pandemia por fin termine”. 

El panadero

En el barrio La Libertad, Héctor Fernando Betancourt, esposo de la propietaria del minimercado Yuyo, también hizo su muñeco, una tradición que viene de familia. Él no lo bautizó, pero Alexánder Arias (foto), la persona que les vende el pan, sí. “Yo le puse de nombre ‘el panadero’ porque se parece a mí, es calvo como yo”, dijo el hombre en medio de risas. Para la familia Betancourt, el Año Viejo también es sinónimo de unión y los lleva a recordar una época bonita, donde toda la familia se reunía. La familia tampoco lo llenó de pólvora, pues tienen niños y no los quieren poner en peligro. 

El alcalde 

Yaqueline y Luz Enith Patiño son hermanas y completan 15 años haciendo su muñeco. Este año les cogió la tarde (hasta ayer lo terminaron), pero lo lograron. Para una de ellas, el Año Viejo es sinónimo de alegría y de cosas buenas y no lo quema para borrar lo malo, pues “todo es experiencia”. La otra ciudadana expresó que bautizó al muñeco con el sobrenombre del Alcalde  por todos los huecos que hay en la ciudad. 

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