El Covid – 19 tocó la puerta de una familia de origen ibaguereño, que tuvo que despedir a uno de sus seres queridos a la distancia, sin ningún contacto y sin un abrazo.
Se trata de Mauricio Horta Horta, un tolimense que falleció en Leticia el pasado 13 de mayo, luego de luchar por varios días contra el coronavirus.
Un virus que no da tregua
Amazonas es uno de los departamentos más afectados por la pandemia del Covid 19. Según el último reporte entregado por el Instituto Nacional de Salud, en esa región del extremo sur colombiano ya se registran mil 221 personas contagiadas y 44 han perdido la vida a causa del virus.
De manera infortunada, una de esas víctimas fue Mauricio, un ibaguereño que hacía 20 años se había radicado en Leticia para ayudarle a uno de sus hermanos con la administración de una empresa de vigilancia privada.
Un hijo de Ibagué
Mauricio, junto a sus padres y hermanos, vivió durante años en el barrio Topacio. Allí creció rodeados de amigos, que hoy lamentan sus partida.
Estudió en el colegio Leonidas Rubio, luego inició sus estudios de educación superior en la Universidad del Tolima como ingeniero de sistemas. Después de pasar por varios trabajos y vivir en diferentes ciudades, Mauricio se radicó en Amazonas con su hermano, con el que fundaron una de las empresas de vigilancia más importantes de ese Departamento.
Allí conoció a Mariland Andrea Lima, quien se convirtió en su esposa y la madre de sus dos hijos, quienes siempre fueron su mayor motivación.
Un legado en tierras lejanas
Las dos décadas que vivió Mauricio en el Amazonas fueron tiempo suficiente para construir un legado que siempre estará en los corazones de todos los leticianos.
En la pasadas elecciones fue candidato a la Asamblea por el partido Centro Democrático. Aunque no alcanzó el umbral para obtener una curul, la votación obtenida vaticinaba que tenía futuro en la política en aquellas tierras lejanas que se convirtieron en su segundo hogar.
Una despedida en la distancia
Q’HUBO dialogó con Faberth Grattz, uno de los amigos de adolescencia de Mauricio. Relató sobre las tardes que pasaban entre partidos de fútbol y chicos de billar.
“Mauro fue un hombre excepcional, siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás, la distancia nunca impidió nuestra amistad, nunca perdimos contacto y cuando viajaba a Ibagué a ver a sus padres, tratabamos de vernos”, dijo.
Según el relato de uno de sus mejores amigos, Mauricio siempre fue amante del fútbol, de su familia y tenía un don excepcional de liderazgo.
Sus amigos y conocidos a través de redes sociales expresaron el dolor y el vacío que deja en los corazones de los ibaguereños y los leticianos que tuvieron la fortuna de conocerlo.