Durante tres meses, Jefferson Enrique Arteaga, un tolimense radicado en México, luchó contra el Covid – 19, pero no pudo salir victorioso. Con tristeza, su progenitora Marisol Candil, informó su fallecimiento.
En diálogo con Q´HUBO, la mujer contó los duros momentos que vivió con su hijo en tierras lejanas y con una enfermedad que lo atacó muy fuerte.
Ella llegó a México a mediados de mayo y desde ese momento vivió en el Hospital Central de Cancún cuidando a Jefferson.
Agregó, que al principio de la enfermedad, el muchacho estuvo 25 días intubado. Luego fue llevado a piso, donde mostró una leve mejoría, pero el virus no solo afectó los pulmones sino también el hígado, el páncreas y los riñones, complicaciones que lo afectaron mucho.
“Cuando estuvo en piso caminaba, hablaba y tenía ánimo. Ya no tenía el virus, pero sí las secuelas. El Covid dañó los pulmones y se le llenaban de agua. Tuvieron que practicarle cinco cirugías. En cada una le quitaron un pedazo de pulmón. Los médicos decían que con la mitad de uno podía vivir, pero no resistió tanto dolor”, expresó.
“Muy doloroso”
Además, Jefferson tenía oxígeno permanente y además, en el tórax una sonda pleural, un tubo flexible y hueco, que le permitía la salida de sangre, líquido o aire que tuviera alrededor de 0 los pulmones, corazón o esofago.
“Eso era muy doloroso para él. La última cirugía fue el 9 de Julio. Los médicos est la iaban esperando a ver cómo reaccionaba. Nos habían dicho que a finales de julio, si todo salía bien, podíamos viajar a Colombia y continuar aquí la recuperación, pero el lunes en la mañana cuando llegué a la habitación lo vi muy mal”, señaló.
En palabras de la señora Marisol, ese día Jefferson estaba muy hinchado. Ya no hablaba ni abría los ojos, solo movía la cabeza. Ella para motivarlo, le dijo que los médicos estaban estudiando la posibilidad de intubarlo de nuevo a lo que él con la cabeza le dijo no.
“Yo le pregunté: ¿Hijo, se quiere morir? y él me dijo que sí. El sábado habló con los amigos y familiares y se despidió como si supiera que se iba a ir para siempre. Me dijo: tranquila mamá que pronto todo va a terminar. Ya pronto nos vamos para Colombia. Todas las personas que trabajaban en el restaurante con él se contagiaron. Todos superaron el virus, menos él”, puntualizó.
Traerá las cenizas
Familiares y amigos de Jefferson están recolectando los 8 mil 500 pesos mexicanos, un millón 200 mil pesos colombianos para las exequias. Explicó la señora Marisol Candil que velará el cuerpo de su hijo un día y luego será cremado. La próxima semana, cuando le entreguen las cenizas, regresará a Ibagué.