IBAGUÉ.Con siete hijos menores de edad quedó Geraldine Yate luego de que su esposo muriera en Villavicencio esta semana tras recibir cuatro impactos de bala.
Rosembert Andrés Morales viajó hace seis meses con su pareja y sus hijos a la capital de los Llanos Orientales. Él se dedicaba a la venta de jeans con lo que sostenía a su familia, ya que su esposa no trabaja.
El hombre falleció en hechos confusos, pues su compañera sentimental comentó que él llegaba de trabajar a la casa y le pegaron cuatro tiros. “Cuando yo llegué aún estaba tibio y el único que se dio cuenta fue un policía que no le brindó los primeros auxilios ni lo quiso llevar a la clínica porque supuestamente ya estaba muerto, pero él no falleció inmediatamente y los vecinos que se dieron cuenta dijeron que habían sido los uniformados los autores del crimen”, señaló Yate.
Al parecer, los agentes lo estaban persiguiendo pero él les dijo que no había hecho nada.
Su esposa también aclaró que fue a la Fiscalía de esa ciudad para denunciar el hecho pero no se la aceptaron.
El cuerpo llegó el martes a Ibagué y su familia lo veló en la casa ubicada en la calle Octava número 11 sur en el barrio La Gaitania.
“Estamos todos reunidos haciendo un almuerzo para despedir al hijo, esposo y padre y para recordarlo como él era, alegre y feliz”, indicó Geraldine.
Las exequias fueron ayer en la tarde en el cementerio San Bonifacio.
Mientras tanto, su esposa pasa por un momento difícil, ya que no trabaja por cuidar a sus hijos, así que no tiene dinero para pagar el arriendo en Villavicencio, ni para traer el trasteo, por lo que pide la colaboración de los ibaguereños para recolectar fondos y cubrir sus necesidades.