Ibaguereña lleva un año gestionando la cirugía bariátrica, asegura que casi no puede ni sostenerse

Con la cirugía, el estómago de Catherine se reduciría un 80 por ciento. Foto suministrada.

REDACCIÓN Q’HUBO – qhuboibague@gmail.com

Catherine Alejandra Olivar Muñoz tiene 33 años de vida y pesa más de 130 kilos. Denunció que completa un año gestionando la cirugía bariátrica ante la EPS y a pesar de tener la orden del especialista, presuntamente la entidad ha alargado el trámite.

“Me he practicado los exámenes muchas veces y cuando estoy cerca de la cirugía, me dicen que falta una valoración, una cita o un examen y debo iniciar otra vez el proceso. Casi no me puedo mover, siento que si no me operan y sigo subiendo de peso, voy a quedar postrada en cama”, dijo.

La historia

Hace 10 años, antes de quedar embarazada de su primer hijo, Catherine pesaba 65 kilos y media 1.66 metros de estatura. Después de dar a luz nunca volvió a su peso, por el contrario, empezó a subir y subir.

Con el tiempo, a la obesidad se le sumó la hipertensión.

Expresó que en febrero del 2021 estuvo hospitalizada por un fuerte dolor abdominal y en esa ocasión el cirujano le ordenó la cirugía bariátrica.

Pasó por más de seis especialistas (psicología, psiquiatría, gastroenterología, nutricionista, ortopedia, endocrinología), en dos ocasiones se ha practicado los exámenes prequirúrgicos y le han solicitado hasta biopsia del estómago, pero no la han ingresado al quirófano.

“En abril de 2021, ante las trabas de Medimás, instauré un derecho de petición, pero la respuesta no fue coherente con los hechos. En ese momento acudí a la Personería para gestionar una cita con nutrición que estaba muy demorada. Me volvió a empezar el proceso”, señaló.

El 22 de noviembre de 2021, según el testimonio, radicó los documentos para el procedimiento, pero no la han llamado.
“Emocionalmente estoy muy afectada. No me puedo mover, no puedo bañar ni atender a mi niño menor, se me dificulta subir escaleras y me falla el equilibrio. En mi opinión, todo es negligencia administrativa”, puntualizó.

Discriminación

Además de los problemas físicos que le genera la obesidad, la ciudadana denunció discriminación y afectación psicológica. “No me contratan en ninguna empresa porque no rindo como las demás personas. Mi último empleo fue en una heladería, pero por lo mismo, me tocó dedicarme a vender ropa infantil y joyas en acero y relojes para dama por Internet”, expresó.

La crifra

137 kilos pesa la ibaguereña. Con la intervención bajaría más de 70 kilos.

Dato

Q’HUBO dio a conocer el caso a la Oficina de Comunicaciones de Medimás.

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