En medio de la emergencia sanitaria que se vive a nivel nacional por el Covid – 19 y entre opiniones encontradas, ayer se desarrolló el segundo día sin carro y sin moto en la capital tolimense.
Q’HUBO recorrió varios puntos de la ciudad y dialogó con diferentes gremios para conocer cómo los ibaguereños vivieron esta atípica jornada con medidas de aislamiento y protocolos de bioseguridad para evitar la propagación del coronavirus.
Entre amores y odios
El lunes la Alcaldía Municipal informó sobre la realización del día sin carro y sin moto en la ciudad, anuncio que generó todo tipo de reacciones.
Los comerciantes y los usuarios de transporte públicos fueron algunos de los gremios que manifestaron no estar de acuerdo con esta actividad, pues según ellos la jornada afectaría el comercio y podría representaba un alto riesgo de contagio entre los ciudadanos por posibles aglomeraciones.
No obstante, funcionarios de la Alcaldía, como el secretario de Ambiente y Gestión de Riesgo, César Gutierrez, le manifestó a Q’HUBO que desde la Administración Municipal se realizó el procedimiento legal ante el Ministerio del Interior para cambiar la fecha, pero debido a que está fue establecida por un acuerdo municipal, no fue posible modificarla.
Salieron a ‘rodar’
Después de seis meses, la ciclovía por la carrera Quinta, volvió a ser habilitada durante la jornada del día sin carro y sin moto, situación que aprovecharon cientos de ibaguereños para salir a ‘rodar’ por la ciudad, realizar diligencias o tener un espacio de diversión junto a los más pequeños del hogar.
Por la avenida Quinta, la Administración Municipal en compañía del Imdri, la Policía Nacional, Cortolima e Indeportes Tolima, desarrollaron actividades lúdicas y deportivas, con el fin de motivar a los ciudadanos a realizar actividad física, proteger el medio ambiente y cumplir con los protocolos de bioseguridad.
La jornada evidenció la gran afluencia de ciclistas en la actividad, pues este medio de transporte no sólo fue utilizado por algunos ciudadanos para llegar a sus lugares de trabajo, sino que muchas personas salieron a montar ‘bici’ para cambiar un poco la rutina y tener un momento de esparcimiento, junto a sus familias y amigos. Fue el caso de José López, un ciudadano que aseguró que, “llevaba varios meses sin salir de la casa, esta fue una oportunidad para desestresarme y recorrer la ciudad de forma segura”.
Por otro lado, Mercedes Gaitán junto a su esposo después de salir de una cita médica decidió caminar hasta su vivienda para participar de manera activa en la jornada. La mujer afirmó: “Con estas actividades uno puede salir, caminar y disfrutar del día”.
Aunque la mayoría de ciudadanos cumplieron con los protocolos de bioseguridad, algunos deportistas, utilizando un sinnúmero de excusas transitaron sin portar el tapabocas.
No estuvieron de acuerdo
Por la zona céntrica de la ciudad se vio a muchos ciudadanos, no obstante los comerciantes coincidieron en afirmar que la jornada sin carro y sin moto terminó afectando al comercio de la ciudad. “Las ventas se han bajado mucho, sumado a esto venimos de días muy complicados por la pandemia y esta jornada terminó afectándonos”, concluyó Javier Suárez, comerciante del centro de la ciudad.
En este sector un gran porcentaje de parqueaderos que alojan los vehículos de las personas que arriban a la zona a trabajar o realizar diligencias decidieron no abrir sus puertas.
Otras de las personas que no apoyaron esta jornada fueron los ciudadanos que por necesidad tuvieron que movilizarse en busetas, en las que según algunos habitantes, no se cumplieron las medidas de aislamiento; muchos temen que el número de contagios en la ciudad aumente después de la jornada.
La polémica
El día sin carro y sin moto inició con una polémica entre Sitsa y la secretaría de Movilidad, por el porcentaje de pasajeros que podrían movilizar los vehículos de transporte colectivo.
El Secretario César Fabián Yáñez, anunció que existió un error de interpretación por parte de la empresa de transporte y aclaró que, “está autorizado (en los buses) como veníamos, que es respetando el metro de distanciamiento, en las busetas sólo puede ir el 50%”.
Sin embargo Q’HUBO en su recorrido dialogó con Hernán Quiñónez, gerente de Sitsa, quien manifestó: “Hay una norma legal que lo permite, qué es la resolución 1537, ese 50 por ciento que se autoriza es aplicable al transporte colectivo. Es decir actuamos bajo la legalidad transportando el cupo de pasajeros sentados, lo que no podíamos permitir es que se movilizaran pasajeros de pie y sin cumplir las medidas de bioseguridad”.
Con pocos clientes
1. Q’HUBO evidenció que varios parqueaderos de la ciudad prefirieron no abrir sus puertas debido a la poca afluencia de carros particulares, los pocos que prestaron el servicio aseguraron que la ocupación se redujo en un 90 por ciento.
2. En las estaciones de servicio los trabajadores tuvieron que aprovechar el tiempo para realizar actividades de mantenimiento, debido a la falta de clientes.
3. Los propietarios de almacenes aseguraron que los ciudadanos evitaron salir al centro por temor a aglomeraciones en el transporte público.
Les fue bien con la medida
1. El parque automotor de taxis estuvo habilitado en un 80 por ciento, varios conductores de la ‘mancha amarilla’ reconocieron que la jornada de trabajo fue positiva para ellos.
2. Los comerciantes estacionarios que de manera habitual trabajan por la carrera Quinta registraron aumento en sus ventas debido a la reactivación de la ciclovía.
3. Cerca de 900 busetas transitaron por las calles de la ‘Ciudad Musical’ durante la jornada que tuvo como objetivo minimizar los gases contaminantes.
Dato
Al cierre de esta edición se habían interpuesto seis comparendos a personas que no acataron la medida de día sin carro y sin moto. Según el secretario de Movilidad César Fabián Yañéz en comparación al año anterior, la cifra disminuyó de manera considerable.