REDACCIÓN Q’HUBO qhuboibague@gmail.com
Por estos días propios y extraños disfrutan de un espectáculo de la naturaleza, el florecimiento de árboles que adornan a la capital Musical. Ocobos, Gualandayes y Guayacanes engalanaron a la Ciudad con sus flores y un tapete de los pétalos de estas especies le dieron la bienvenida a una temporada de belleza na-tural.
Ibagué colorida
Las calles a lo largo y ancho de Ibagué se vistieron de rosa, blanco, amarillo, morado y fucsia. El árbol insignia de la Ciudad se deshojó para darle paso a los cogollos de flores con forma de campana. Un proceso natural que ocurre dos veces al año, pero en especial en agosto. Aunque la Cor-poración Au-tónoma Regional del Tolima, Cortolima, informó que la mayoría de ocobos estaban plantados en la comuna 10, la ubicación y el número de ejemplares de este árbol en la Ciudad es más grande toda vez que cientos de plantas de esta especie fueron sembradas en La Variante de Ibagué.
Pero los ocobos no son los únicos que vistieron a Ibagué de color. Uno de los árboles que se robó las miradas de los ciudadanos fue el hermoso Guayacán o también conocido como Chicalá ubicado en el Parque Murillo Toro. Nadie quería perderse la oportunidad de posar a su lado y tener la mejor postal gracias a sus flores amarillas que simulan la riqueza del pueblo tolimense. Este Guayacán se volvió viral en las redes sociales y hasta el medio de comunicación El Tortugazo le hizo un meme al ver que los ibaguereños se tomaron foto con él. Pero si los ocobos y los guayacanes lucieron en esplendor su belleza, los gualandayes no se quedaron atrás. Las flores de este majestuoso árbol adornaron los cielos de la capital tolimense. El morado se impuso y combinó a la perfección entre lo verde de la naturaleza y el gris de las edificaciones, también engalanó las calles ibaguereñas.
¿Y cómo llegaron a Ibagué?
Este árbol considerado como una insignia de Ibagué, también tiene historia. Cuentan que los primeros especímenes los trajo desde Armero Guayabal doña Esther Castilla de Melendro, esposa del exgobernador Mariano Melendro y fueron sembrados en el Parque Andrés López de Galarza. Posteriormente, plantaron otros en los barrios Belén, La Pola, Plaza Bolívar y Parque Centenario.
De la misma manera, otros fueron sembrados en sectores como la avenida Quinta y el barrio Cádiz. El censo más reciente de Cortolima señala que hay más de cuatro mil ocobos plantados en Ibagué.
Gualanday
Se conoce como jacarandá, jacaranda, gualanday o tarco. Aunque científicamente los gualandayes florecen en noviembre, el cambio climático ha hecho que el proceso ocurra en otra época del año, así como entre agosto y septiembre. El Gualanday florece de manera exuberante y masiva, por lo que es perfecto para adornar espacios exteriores y para los arreglos florales.
Oro puro
El Chicalá, es también conocido como Guayacán amarillo por la coloración que toman sus hojas al final de temporada de verano.Es una especie que se cultiva especialmente de forma ornamental. Es normal verlo también en forma silvestre, en climas calientes o templados, como Ibagué.
Árbol Insignia
Cabe recordar, que según acuerdo 033 de 2005 se estableció que los días 16 de marzo y 16 de septiembre de cada año, se le rendiría homenaje al árbol insignia de Ibagué.
Nombre científico
Tabebuia rosea. Árbol de tallo leñoso que alcanza los 30 metros de altura. Sus hojas se agrupan formando racimos de cinco hojas. Las flores del icono se agrupan y tienen forma de campana.
Colores rosa
Los ocobos se caracterizan por el color rosa. Las tonalidades varían según su especie. Aunque en Ibagué predomina el rosa, también hay blanco y fucsia. Algunos hay de flor amarilla, estos pertenecen a la especie tabebuia crisanta.
Proceso
El ocobo tiene un proceso de florecimiento. Durante el año es normal verlo con hojas verdes, pero cuando las flores van a salir, sus hojas se caen y quedan solo las ramas con una apariencia de estar seco, sin embargo, luego florece.
Atractivas
Las flores del Guayacán amarillo son livianas por lo que adornan el suelo cuando caen, y son muy atractivos para las aves y para las abejas. Llega a vivir de 30 a 40 años, y alcanza una altura de hasta de siete metros.