María Benigna aseguró que ha tenido problemas con algunos conductores de busetas porque no tienen precaución. Fotos: Hélmer Parra.
Marcela Rojas
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Luego de tres meses del deslizamiento y a pesar de que la zona es paso obligado hacia el Cañón del Combeima, los vecinos de la vereda Ramos y Astilleros se han cansado de tocar puertas para pedir que destapen las alcantarillas de la zona. Además, solicitaron la reparación de la vía, deteriorada con las lluvias empozadas.
Según Jose Álvarez, habitante del sector y miembro de la Junta de Chapetón, “se ha solicitado a la Secretaría de Desarrollo Rural, a la Alcaldía y a la Gobernación, a ver cómo nos arreglan esta problemática que tenemos aquí”. A pesar de haber recibido la visita de delegados de la Junta y la Secretaría, ninguno se apersona de la situación.
Los accidentes
La zona es bastante transitada por ciclistas y motociclistas. María Benigna Bocanegra, habitante del sector, cuenta que ha presenciado varios siniestros en la vía, toda vez que personas se han precipitado a la alcantarilla, la cual tiene una profundidad aproximada de tres metros. Asimismo, cuenta que han sufrido accidentes tratando de esquivar el hueco que atraviesa la carretera.
“Ese hueco no me interesa mucho a mí porque yo no salgo para ese sector, pero me da pesar con la gente que sube en cicla o en moto y sufre accidentes. A mí esa situación me duele, porque uno no quiere que alguien sufra algún perjuicio, por ejemplo un muerto”, puntualizó Benigna. Por lo anterior, la mujer manifiesta el interés que tiene porque las autoridades tomen cartas en el asunto.
Niños peatones
Otra situación que preocupa, es la cercanía de la vía a dos planteles educativos: el Colegio Ambiental y la Escuela Uribe Uribe. Por lo que de manera continua menores de edad transitan la vía. Los niños están expuestos al agua que se acumula, que a largo plazo se convierte en criadero de larvas. Esa misma agua, es expulsada por buses y jeeps que pasan por la carretera sin precaución.
¡Más obstáculos en la vía!
Para empeorar la situación, una mata de guadua limita la visibilidad de conductores, lo cual afecta la movilidad en la zona. Según José, la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima), pese a conocer la situación, solo se ha comprometido a podar las hojas, lo cual no soluciona el problema.
Cifra: 48 es la ruta que circula por el lugar.
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