IBAGUÉ. La Iglesia Católica Colombiana deberá pagar patrimonialmente a una familia por un caso de pederastia, en lo que representa el primero que se registra en el país.
La Sala Civil de la Corte declaró responsable a la Diócesis de Líbano – Honda, donde se condenó al sacerdote Luis Enrique Duque Valencia, por el abuso sexual a dos menores de edad, desplazados por la violencia que estaban a su cuidado.
En agosto de 2011, la Sala Civil y de Familia del Tribunal Superior de Ibagué precisó la responsabilidad de la Iglesia en el caso, porque en primera instancia el Juzgado Civil del Circuito del Líbano había desconocido la relación de subordinación entre la persona natural demandada, en este caso el cura Duque Valencia y la Diócesis de Líbano – Honda.
La corte ratificó la condena del Tribunal y el monto de la demanda asciende a 430 millones de pesos.
Fallo penal. El 25 de agosto de 2008 el Juzgado Penal del Circuito del Líbano condenó a 18 años y cuatro meses de prisión al párroco Luis Enrique Duque Valencia, por el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años.
Hechos. El padre de una familia de desplazada procedente del corregimiento de Santa Teresa, jurisdicción del Líbano, llevó a sus hijos de 7 y 8 años de edad, para esa época, a la iglesia San Antonio de Padua del Líbano buscando ayuda espiritual y económica, por su estado de pobreza.
Allí los recibió el párroco Luis Enrique Duque Valencia, quien aprovechando la inmadurez psicológica de los niños, los sometió a actos aberrantes y libidinosos, causándoles lesiones en sus genitales y el recto debido a los vejámenes que sufrieron, y un inmenso trauma psicológico.
El 4 de junio de 2007, el padre de los menores de edad, acudió a la Fiscalía del municipio a denunciar al cura por acceso carnal abusivo con menor de 14 años.
El clérigo estuvo un tiempo detenido en la Cárcel de Picaleña, pero recuperó su libertad por vencimiento de términos y fue trasladado.
Luego continuó ejerciendo el sacerdocio en la Parroquia del Divino Niño de Ibagué, de donde se le perdió el rastro, hasta el 5 de mayo de 2010, cuando fue detenido en un monasterio en el barrio Monseñor, en Santuario, Antioquia.
De allí fue llevado a la Cárcel de Bellavista de la capital de antioqueña.