Redacción Q’hubo – qhuboibague@gmail.com
La construcción de las primeras líneas de ferrocarril en Colombia estuvieron ligadas a la necesidad de contar con un sistema de transporte eficiente para movilizar pasajeros y facilitar la exportación de café y otros productos agropecuarios; al igual que a la necesidad de importar manufacturas, maquinaria y materias primas para la incipiente industria nacional.
En el Tolima, el café fue el principal producto que impulsó la construcción del ferrocarril. La ruta comprendía el trayecto Girardot – Ibagué (donde se hacía el empalme con el ferrocarril de Armenia a través de camiones) y después se dividía en dos ramales: uno hacia el Sur, que pasaba por Chicoral – Espinal – Saldaña – Natagaima – Villavieja y finalizaba en Neiva; y otro hacia el Norte del Departamento, que iniciaba en Buenos Aires y pasaba por Doima y Ambalema hasta llegar a Honda y de ahí a la Dorada y el Magdalena Medio.
Comienzo de la obra
La obra de la primera línea comenzó en 1893 en el puente de Girardot y se tenía planeado llevarla hasta Ibagué, pero la guerra de los Mil Días obligó a suspender el trabajo y solo hasta 1905 llegó a Chicoral. En 1916, se reanudó la construcción, tres años después el tren arribó a la estación de Picaleña y el sábado 1 de enero de 1921, por primera vez llegó a Ibagué.
Dos años después de este importante logro para el Departamento, comenzó la construcción del ramal que iría hasta Neiva y conectaría el ferrocarril del Tolima con Huila. Para lograrlo tenían que hacer una estructura que permitiera el paso de las locomotoras sobre el río Magdalena y fue así como se concibió el puente Golondrinas y varios túneles, ubicados entre Natagaima y Villavieja (Huila). A raíz de la crisis económica de los años treinta, las obras en este tramo fueron suspendidas y finalmente, en 1937, el tren pudo llegar a la capital opita.
La inauguración del Ferrocarril en Ibagué
Durante los primeros días de enero de 1921, el diario El Tiempo informó al país acerca de la inauguración del ferrocarril en Ibagué de la siguiente manera: “Hacia las once llegó la primera locomotora a Ibagué. El espectáculo fue imponentísimo. Ya quedó inaugurado el servicio con la llegada del primer tren de pasajeros. En la estación, una inmensa multitud esperaba la llegada del tren.
“Cuando las sirenas de las tres máquinas que traían el tren anunciaron su entrada a la estación, una formidable aclamación salió de todos los pechos, acompañada por los acordes de la banda. Los gritos de la multitud, los pitazos de las locomotoras y las bocinas de los automóviles formaban un conjunto ensordecedor que era como la expresión del regocijo popular. Después de la llegada del tren, hubo un desfile de autos hasta el Círculo de Ibagué, en donde los socios antioqueños y el doctor Manuel J. Sarmiento, ofrecieron una copa de champaña”.
German Niño, economista y bloguero ibaguereño que investiga sobre la historia del ferrocarril del Tolima, asegura que la llegada del tren le trajo un gran impulso a la ciudad y la convirtió en un paso importante en la vía que comunicaba a Bogotá con el Occidente del país. En Ibagué se construyó la estación ferroviaria en 1926 y su ubicación permitió que aumentara la creación de hoteles y del transporte y el comercio en los alrededores. Según Niño, en general se observó una dinámica de progreso muy parecida a la que posteriormente generó la organización de los IX Juegos de 1970.
La conexión que nunca fue
Dentro del proyecto del ferrocarril del Tolima se planeó el cruce de la cordillera Central. El objetivo era unir el Oriente y el Centro con el Occidente del país a través de varios túneles y puentes haciendo la conexión con el ferrocarril del pacifico en Armenia.
Para cumplirlo, se llevaron a cabo los primeros estudios en 1902 que estuvieron a cargo del ingeniero Luciano Batlle, quien luego de explorar caminos alternos al de La Plata – Popayán, determinó que la mejor ruta para construir el corredor férreo era la que cruzaba por la depresión de Calarcá.
Entre 1918 y 1922, se presentó el trazado que empalmaba el Ferrocarril del Tolima con el Ferrocarril del Pacífico. Según el escritor y periodista quindiano Jaime Lopera Gutiérrez en su obra “Y se levantaron los rieles”, en 1925, durante la presidencia de Pedro Nel Ospina, el Ministerio de Obras Públicas elaboró y entregó un informe que daba cuenta de que la línea férrea que se debía construir tendría una longitud de 190 kilómetros entre Armenia e Ibagué.
La compañía estatal francesa Regie Generale du Chemin de Fer y Travaux Publics y la norteamericana Hitchcok & Tinkler, fueron unas de las primeras firmas contratadas para llevar a cabo los trabajos de conexión a través de la cordillera central, Cuyos ingenieros franceses y norteamericanos construyeron campamentos a cada lado de la cordillera, alcanzaron a perforar varios metros de galería para un túnel y abrieron de forma paralela la carretera que serviría para hacer los transbordos de mercancia importada entre Armenia e Ibagué mientras se conectaban ambos ferrocarriles.
Pero la crisis mundial de 1929 obligó la suspensión de la obra, que reinició casi dos décadas después. En 1946, el Gobierno nacional retomó la idea de continuar la construcción de la vía férrea entre Ibagué y Armenia, pero los habitantes de Calarcá protestaron debido a que el nuevo trazado los dejaría aislados puesto que no pasaría por allí sino por Salento.
Finalmente, en 1949 fueron terminados dos túneles en el sector de Boquerón en Ibagué, mientras que otros dos se encontraban en marcha, al igual que la instalación de la vía férrea, pero en 1950, expertos del Banco Mundial recomendaron suspender los proyectos ferroviarios en el país para apostarle a la construcción de carreteras y al transporte de carga pesada y pasajeros en vehículos automotores.
El ferrocarril en la actualidad
En mayo de 2019, desde La Dorada se transportaron alrededor de 600 cargas de café orgánico tipo pergamino cultivado en Planadas. Si bien es cierto que el Departamento ya no cuenta con infraestructura férrea, este tipo de operaciones logísticas abren la posibilidad de retomar este tipo de transporte desde regiones cercanas.
A la par de la reactivación de corredores férreos en el Magdalena Medio y el Valle del Cauca, hace varios años surgió una propuesta de Asociación Público Privada de Iniciativa Privada, la cual ya fue radicada ante la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) del Ministerio de Transporte y se denomina Ferropista en la Cordillera Central de Los Andes, Corredor Logístico Bogotá – Buenaventura, Tramo: Ibagué – Armenia, Colombia.
Dicha propuesta consiste en el diseño, construcción y operación de un sistema multimodal de transporte de carga en la zona central de Colombia, el cual, según el proponente, ya superó la etapa de prefactibilidad, de acuerdo a la Ley 1508 de 2012 y la ANI lo consideró viable debido a que se trata de un proyecto estratégico y de interés