El pasado 19 de marzo, unos días antes de iniciar la cuarentena por la emergencia del Covid-19, Heidy Lizeth Vargas, una jovencita de 16 años, sufrió un accidente casero. Al prender una estufa de leña con gasolina, las llamas la alcanzaron y sufrió quemaduras en el 70 por ciento de su cuerpo.
Ante la grave y dolorosa situación, fue trasladada de urgencia desde la vereda Villahermosa, de San Antonio, al Hospital de ese Municipio, pero su estado de salud era tan delicado que de manera inmediata la remitieron para Ibagué.
La menor completa tres meses en la Clínica Avidanti. En diálogo con Q´HUBO, su mamá, Isabel Aroca, una agricultora que tuvo que dejar a sus otros tres hijos y a su esposo en el pueblo, para acompañar a Heidy en el proceso, contó los difíciles momentos que han tenido que vivir en esta capital.
Día del accidente
Recordó que el día de la tragedia, un incendio arrasó con parte de la vivienda donde vivían, pero por fortuna los hermanos de la jovencita estaban en la habitación del fondo y resultaron sanos y salvos. No obstante, a doña Isabel le duele el alma cada vez que le mira las heridas a la adolescente y le aplica crema con la esperanza de que sanen pronto.
“La niña estuvo varios días en Cuidados Intensivos, llegamos a pensar hasta que se nos iba. Sin embargo, gracias a Dios, fue mejorando. Le han practicado varias cirugías, incluso mañana (hoy) entra al quirófano. Le van a mirar cómo va el injerto que le hicieron y si va por buen camino, le quitan el yeso”, dijo.
Sin moverse
Y es que Heidy, que cursaba noveno grado en San Antonio, ha vivido una dolorosa cuarentena acostada en una cama, pues tiene los brazos y piernas enyesadas como parte del tratamiento. Usa pañal y su madre la debe asistir en todo.
Además del dolor de las heridas y la preocupación de si sanarán o no, la señora Isabel duerme en una silla y comparte la comida que le dan a su hija.
Estas dos mujeres han pasado tanto tiempo en la Institución, que su situación ha conmovido al personal de la Clínica y familiares de los otros pacientes. Son ellos los que les donan pañales, útiles de aseo y todo lo que la menor necesita. No obstante, la madre hace un llamado a las personas de buen corazón y a los entes gubernamentales para que las apoyen en la difícil situación.
“Estoy viviendo de la caridad de los médicos y enfermeros, pero por más voluntad que ellos tienen, ya me da mucha pena”, puntualizó.
El padre de la muchacha está en San Antonio con el resto de la familia. También atraviesan una difícil situación económica porque a raíz de lo sucedido, tuvieron que entregar la finca que cuidaban.
Para ayudas
La jovencita necesita pañales desechables, crema para que las heridas cicatricen y pañitos húmedos, entre otros elementos. Las personas que les deseen ayudar, pueden contactar a la señora Isabel Aroca al número 322 2396039.