MARGARITA MARÍA LONDOÑO qhuboibague@gmail.com
Tomar cualquier tipo de decisión incluye desarrollar la capacidad que nos lleva a tener una gran fuerza de voluntad para efectuar lo decidido. Hay que tener presente que nadie nace con esta capacidad desarrollada, ya que no hace parte de algo innato.
Aunque exista una parte biológica que predomina sobre el ser humano, muchos patrones heredados también deben de ser moldeados con práctica en la vida real.
Para conseguir nuestros anhelos, la parte cognitiva es un complemento esencial en el objetivo de guiar nuestros pasos y así caminar en una dirección adecuada, sobre todo cuando se presentan las dificultades o se ejecutan los proyectos. Para nadie es desconocido que los individuos somos movidos por medio de los deseos que buscan una transformación a través de las acciones para lograr lo que queremos.
Elegir el camino correcto suele ser un poco complejo, porque la ausencia de la fuerza de voluntad para hacer de toda una realidad tangible no se puede convertir en simplemente ilusiones vacías sin significado existente, es decir, es de suma importancia apostar a las modificaciones necesarias con una dosis de esfuerzo, pero también la paciencia ayuda a tener calma durante el proceso.
Hoy en día hay quienes creen que no han podido tomar sus propias decisiones gracias a no tener la valentía suficiente para encarar su propio destino, entonces dedican su tiempo a temas poco nutritivos para su crecimiento personal. Sentirse débil en aspectos de la vida es ver de antemano la necesidad de fortalecerse, no se trata de dejar ir los sueños o vivir atados a la desgracia.
Nunca será justo dejar evaporar el tiempo sin aprovecharlo, ni descubrir la capacidad que nos da fuerza para alcanzar todo lo que nos proponemos en la vida. Por ejemplo, bajar de peso, estudiar, ahorrar, alejarse de personas dañinas, comprar un objeto, etcétera, hace parte de las proyecciones estáticas que llaman a gritos para ser realizadas.
Lograr el propósito sea el que sea, nos hace sentir fuertes y satisfechos con nosotros mismos, porque es ahí, en los resultados, donde reconocemos lo capaces que somos y hasta dónde podemos llegar.
Todo lo que tenga sentido para ti valdrá la pena experimentarlo, por ende, el compromiso implica la disposición de darlo todo, aunque la meta sea demasiado alta. Es importante ponerse el reto personal y buscar las estrategias que fomenten la motivación, la autoestima, el autoconocimiento y el autocontrol, que en definitiva ayudarán plenamente a que la voluntad sea acompañada de esa fuerza impulsora hacia el éxito.
Factores que implican tener fuerza de voluntad
-Determinación: es tener la capacidad para poner en la balanza y evaluar con claridad lo que es más conveniente para nuestro bienestar.
-Autonomía: es obrar con criterio e independencia dejando de lado la opinión de los demás.
-Toma de decisión: es elegir una opción entre varias, lo cual infunde con firmeza la acción a seguir.
-Acción: es poner en marcha todo lo que deseamos teniendo claro la práctica constante y permanente de la fuerza de voluntad.
Tips para desarrollar la fuerza de voluntad:
1-Organiza tus ideas.
2-No pretendas hacer todo al mismo tiempo.
3-Empieza con pequeñas tareas.
4-Busca un modelo a seguir.
5-Se realista con tu situación actual.
6-Proponte metas a corto plazo.
7-Se claro con lo que deseas alcanzar.
8-No te quedes solo pensando, también actúa.
9-Repite afirmaciones positivas todos los días.
10-Lleva un registro en un almanaque chuleando día por día, el haberte sostenido en la decisión.
11-Felicítate cada vez que veas que lo estás logrando.
Margarita María Londoño
Psicóloga-Especialista
Instagram: @margarita_psicologa86