Habitantes de la calle Décima del Calarcá se cansaron con la vía dañada y protestaron en la Guabinal

Ni la lluvia fue impedimento para que los habitantes y comerciantes de la carrera Décima con calle 42, del barrio Calarcá, salieran a la avenida Guabinal a protestar por el mal estado en el que está la malla vial.

Q’HUBO hizo presencia en el lugar y dialogó con la inconforme comunidad que con pancartas y arengas bloquearon el paso vehicular por varios minutos. Según los habitantes, la carrera Décima lleva más de dos años en pésimas condiciones, lo que ha afectado a los residentes del lugar y a varios comerciantes, quienes tuvieron que cerrar sus locales, ya que muchos clientes decidieron dejar de ir al lugar por el mal estado de la calle.

La protesta

A las 11:30 de la mañana se dieron cita habitantes y comerciantes del Calarcá en la calle 42 con avenida Guabinal, allí con pancartas y arengas bloquearon el paso vehícular, para exigirle al Gobierno local la intervención de las carrera Décima, la cual se convirtió en una verdadera trocha

Andrés Marín uno de los manifestantes le relató a Q’HUBO que: “El año pasado en otra manifestación, el Secretario de Infraestructura vino hasta el lugar y nos dijo que la calle ya estaba en el plan de intervención de la alcaldía, presuntamente los arreglos empezaban en diciembre, ya casi es febrero y seguimos igual. Por eso hemos decidido protestar, porque ya no aguantamos más”.

Los manifestantes bloquearon por cerca de 45 minutos la vía, pero al lugar arribaron unidades de la Policía Metropolitana, quienes los dispersaron para evitar caos vehicular.

Dos años de sufrimiento 

Desde el 2019, cuando se iniciaron los trabajos de cambio de alcantarillado en el lugar, los habitantes del Calarcá han vivido un sin número de dificultades y situaciones dolorosas, una de ellas fue la muerte de un obrero del Ibal, que falleció el 24 de julio de 2019, al quedar sepultado por un alud de tierra, mientras realizaba trabajos en la obra, meses después otro obrero sufrió un accidente.

Sumada a esta pérdida humana, los comerciantes, quienes tenían establecimientos comerciales en el lugar, tuvieron que cerrar a causa de las bajas ventas, provocadas por el cierre de la vía. 

Dos años después y a pesar de que el Ibal, terminó los arreglos en la alcantarilla, la vía sigue sin acceso vehícular, pues según el relato de Andrés Marín, propietario de uno de los pocos establecimientos que sobreviven, tuvieron que impedir el paso de carros con guaduas y palos, pues la vía una vez más se está hundiendo.

Los afectados esperan ser escuchados por la Administración municipal y que la promesa de realizar la pavimentación se cumpla, pues son muchos los problemas con los que han tenido que lidiar.

Dato: Por el sector transitaban las rutas 15 y 31, pero por el mal estado de la vía ahora transitan por otras calles.

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