El Pacífico colombiano, donde creció Goyo, cantante y líder del grupo ChocQuibTown, «desborda talento» y podría ser una gran mina de oportunidades para muchos de sus jóvenes, sin embargo, según asegura en una entrevista con Efe, Colombia a veces invierte más en guerra que en cultura.
«Hay muchas posibilidades de trabajar en eso (la música), pero no se invierte tanto en la cultura, se le invierte más a la guerra», alega Gloria Emilse Martínez (Condoto, 1982), más conocida como «Goyo».
La artista participará en una charla sobre su carrera musical en la decimosexta edición del Hay Festival de Cartagena de Indias que este año, debido a la pandemia, se realiza enteramente de manera virtual.
Durante una entrevista telemática con Efe, Goyo explicó que en el Chocó, donde nació hace 38 años, son muy pocos los recursos que se destinan para incentivar a que la juventud se acerque a la cultura, y estima que «se queda corta» al afirmar que menos de una décima parte del presupuesto para cultura del país acaba en la extensa costa pacífica.
«Debería de haber muchas más oportunidades, debería haber más casas de la cultura, más organizaciones que se dediquen por la cultura», lamenta la cantante.
Goyo nació en Condoto, un poblado pequeño, de difícil acceso y muy pobre enclavado en la mitad de la selva chocoana, en la región del Pacífico, un territorio donde habitan un poco más de un millón de afrocolombianos que viven sin acceso a salud o educación de calidad, ni a servicios públicos completos.
Esta zona desborda talento, «hay mucha gente haciendo música, hay muchos muchachos trabajando», pero «en un mar de tanto talento donde hay tanta gente que puede tener tantas habilidades, no hay tantas oportunidades». Y menos sin inversión.
«Por eso cada vez que se me ha presentado una oportunidad en la vida, hasta de creer en mi propio arte, pues no la desaprovecho porque creo que son muy pocas para dejarlas pasar», agrega la líder del grupo reconocido por ser precursor de la cultura negra y los ritmos del Pacífico.
Crecer rodeada de música
De familia de músicos y cantantes, Goyo conoció el rap cuando estudiaba bachillerato en Buenaventura, y de ahí migró a Cali, la tercera ciudad de Colombia, donde la escena de hip hop era importante.
«Allá (en Cali) también veía amigos y mucha gente que también estaba haciéndolo (cantando)», dice, y eso le dio «la esperanza de poder seguir confiando y creer en lo que hacía».
Ahí conoció a sus referentes, a personas que empezaban a cumplir sus sueños o trabajar en la música, y eso le dio la motivación de lanzarse a «no dejar pasar las oportunidades».
«Yo creo que lo que hay que entender es que todos tenemos algo especial, creer en lo que nosotros somos, en nosotros mismos, saber que si uno mismo no enciende su propia luz nadie te la va a encender», enfatiza.
Por eso destaca que los jóvenes del Pacífico colombiano y de otras partes del país que se quieran dedicar a la música deben entender que «es muy importante (salir a) buscar tus propias oportunidades».
De lo social a lo comercial
Goyo fundó junto a su esposo, Carlos Yahanny Valencia Ortiz, «Tostao», y su hermano, Miguel Andrés Martínez Perea, «Slow Mike», ChocQuibTown en el 2000, y la canción que dio nombre a su primer álbum, «Somos Pacífico» (2006) era una declaración de intenciones.
«Somos Pacífico, estamos unidos, nos une la región, la pinta, la raza y el don del sabor», decía una lírica de rap mezclada con toques funk y ritmos latinos; «por si acaso usted no conoce, en el Pacífico hay de todo para que goce», avisaban.
Unos años después, «De donde vengo yo», que les valió el Grammy Latino a mejor canción alternativa, seguían reivindicando el origen social y recordando su naturaleza: «De donde vengo yo la cosa no es fácil pero siempre igual sobrevivimos».
Una esencia que aún hoy no han perdido, pero de la que se han distanciado en sus últimas canciones en aras de letras que hablan del amor y el desamor, algunas de ellas realizadas en conjunto con artistas como Becky o Farruko.
«Uno no puede hablar de lo mismo todo el tiempo, me parece aburrido», alega la cantante. «También la música y la industria musical -continúa- van tan rápido que solamente hacen como un ‘spotlight’ en lo que les interesa o en lo que la gente más fácil ve».
La esencia, el cantar sobre ellos y de dónde vienen, no se olvida, insiste. «Por ejemplo en ChocQuibHouse (su cuarto y último disco publicado en 2020), hay una canción que se llama ‘Humano’ (…) que habla de nuestra propia lucha, la lucha personal y la lucha como humanos; con los sueños, lo importante que es el legado de los abuelos y todo eso».
Composiciones en pandemia
La pandemia, dice Goyo, le ha permitido seguir haciendo lo que más le gusta: música. «Yo le he dedicado mucho tiempo a componer, a estar en el estudio y bueno a también echarle ganas a lo que hago y pedirle mucho a Dios para que todas las cosas mejoren y que no haya tanto sufrimiento en el mundo».
Concluye afirmando que las canciones que ha escrito en este tiempo hablan mucho de su interior y de las «vivencias» que tienen «a veces las mujeres».