IBAGUÉ. Mientras trabajaba en una obra de construcción un hombre perdió la vida luego de sufrir una descarga eléctrica y de paso un golpe contundente en su cabeza. El hecho enluta a una familia del barrio Nueva Castilla de Ibagué.
Historia. A Édgar Nieto Caballero lo conocían en este sector de la Comuna Ocho como ‘Frijolito’, cuando no se dedicaba a labores de construcción vendía ‘líchigo’ en una carretilla, por eso la mayoría de habitantes de la zona lo distinguían y ayer no salían del asombro tras conocer la noticia de su muerte.
Según la familia de Nieto Caballero hacía 15 días aproximadamente, él llevaba trabajando en la esquina de su casa en un tercer piso, pero el miércoles una tragedia cambió la vida de su núcleo familiar pues este tuvo un accidente laboral que los dejó sin la cabeza del hogar.
Al parecer, sobre el mediodía Nieto Caballero estaba sobre un andamio pero se habría resbalado y tocado una cuerda de energía eléctrica de alta tensión que lo lanzó al piso, causándose una contusión en su cabeza.
Según el reporte de la Policía Metropolitana de Ibagué, los hechos ocurrieron en la supermanzana 13, manzana cuatro, casa 20 del barrio Nueva Castilla. De acuerdo con algunos vecinos nadie escuchó nada, sólo hasta cuando un residente se percató que ‘Frijolito’ estaba delicado de salud y lo llevaban en un vehículo de servicio público.
A Nieto Caballero lo montaron en un taxi y cuadras más adelante por el sector de ‘La Frijolada’ lo pasaron a una ambulancia que lo trasladó hasta la Clínica Medicádiz, vía al Aeropuerto Perales donde los médicos de turno no lograron salvarle la vida.
Al centro asistencial llegaron unidades de la Sijín de la Metib quienes se encargaron de la inspección del cadáver que fue llevado a Medicina Legal de Ibagué donde ayer su esposa se acercó para retirar sus restos mortales.
El dolor. En la mañana de este jueves en la cuadra donde vivía Nieto Caballero se sentía una tristeza inmensa tras el fallecimiento de ‘Frijolito’, quien residió por más de ocho años en la supermanzana 13 manzana siete casa tres. En medio del dolor, sus allegados comentaron que la noche anterior no pudieron conciliar el sueño debido a esta pérdida.
Los lugareños aún no entienden por qué sucedió la tragedia pues a parte de ser su vecino algunos lo consideraban como miembro de sus familias.
¿Quién era? Édgar Nieto Caballero, era ibaguereño, tenía 35 años de edad y un hogar conformado por su compañera sentimental Olga Álvarez junto a cinco hijos, que aunque no eran suyos de sangre los consideraba como propios y siempre veló por darles lo mejor, según relataron sus parientes.
Cuando la situación se tornaba difícil vendía verduras en la vía pública, pues así sostenía a su familia como de manera responsable lo hizo durante sus años de existencia, y constantemente trabajaba con un vecino en la ‘rusa’.
Al parecer, Édgar Nieto Caballero no lo tenían afiliado contra riesgos durante sus labores, pese a que de manera frecuente era ‘contratado’ para este tipo de actividades.