Bien sea por tratarse de un tema aún tabú, por falta de acceso a información y a métodos de planificación, por exceso de datos distorsionados que se consiguen en internet, o porque simplemente no se le ha dado el lugar que merece en los currículos académicos de los niveles educativos básico y medio, nuestra sociedad sigue rezagada en materia de educación sexual.
Embarazos en adolescentes, enfermedades de transmisión sexual, prácticas sexuales poco seguras, relaciones de pareja tóxicas, violencia de género, discriminación hacia orientaciones sexuales y de género diversas; y hasta paradigmas que condicionan y reprimen tanto a mujeres, como a hombres, hacen parte de los conflictos que afrontamos por cuenta de nuestra falta de educación en la materia.
A propósito del tema, Q’Hubo dialogó con Antonio Daniel García Rojas, licenciado en psicopedagogía, y Especialista en Educación para la Salud, quien trabaja para la Universidad de Huelva, España, y cuenta con amplia experiencia en la materia. El experto nos contó cómo podemos superar este desconocimiento que genera tantas dificultades especialmente en la población más joven.
Retos educativos
En cuanto a las diferencias entre el nivel de la educación sexual impartida en España y la que se tiene en Colombia, García asegura que no es tan grande. Para el experto, en el país ibérico ni en la educación básica, ni en la superior se tiene la obligatoriedad de impartir cátedras de sexualidad o temas de género.
“Tendemos a creer que en otros países las cosas están mejor, pero la realidad no es tan distante. No existen políticas educativas al respecto ni en España ni en Colombia. Se trabaja, porque algunos profesores intervienen a través de la charla, el comentario, entonces educamos, pero mal”, expresa García.
El docente y especialista llegó a Ibagué para dictar una conferencia sobre retos en educación sexual, sexualidad y violencia de género. Para García, uno de los principales retos que afrontamos es replantear la manera como se entiende el concepto de ‘género’, un prototipo que sigue generando desigualdad para las mujeres y violencia de pareja.
“Es un concepto que tendríamos que reconstruir, enseñarles a los estudiantes que hay conductas buenas y malas, pero no ‘masculinas’ ni ‘femeninas’. La idea de género que hemos transmitido genera diferencias. Hay que apostar por la educación sexual para derribar mitos y tabús y que puedan decidir libremente, ser mejores personas y además felices”, explica el experto.
