PÁRAMO DE LETRAS. A José Antonio González, de 55 años de edad, lo encontraron en su finca con cinco impactos de escopeta en el pecho y uno en la axila, en la vereda San Pablo de Manizales, Caldas, entre la noche del martes y la madrugada del miércoles.
Más lamentable aún, fue que la Policía de Caldas y Tolima, según manifestaron sus familiares, se ‘tiraron la pelota’ para hacer el procedimiento judicial del caso, y finalmente, negaron colaborar. Tampoco pudo ser posible que los bomberos de Neira, población cercana a la escena del crimen, fueran a hacer el traslado.
Finalmente, con una camilla improvisada, los familiares y campesinos de la zona hicieron una ‘procesión’ con difunto a bordo para sacar a José Antonio por una vía hasta Letras, localidad tolimense, para facilitar el traslado en una camioneta del Cuerpo de Bomberos hasta Neira, Caldas.
El comandante operativo de la Policía de Caldas, coronel Pablo Ruíz, precisó que por la distancia, no fue posible que la Institución llegara al lugar del crimen: “Cuando el cuerpo llegó a Neira, miembros de la Sijín hicieron los correspondiente”, puntualizó.
