Q’HUBO habló con Óscar Leonardo Devia Pérez, el patrullero de la Policía Metropolitana de Ibagué, quien estuvo detenido cuatro meses privado de su libertad en la cárcel de Facatativá (Cundinamarca), señalado por la Justicia Penal Militar por el homicidio de Santiago Andrés Murillo Meneses, el pasado 1 de mayo en el paro nacional.
El hombre de 42 años de edad, con mucho sentimiento, en algunos apartes su voz se entrecortó al recordar la ansiedad que vivió, el apoyo incondicional que recibió por parte de su esposa, hijos, su progenitora, amigos y algunos compañeros de la Institución.
Confusión
Tal y como lo relató ante la Fiscalía Devia Pérez, quien lleva 18 años de servicio en la Policía, una institución que ama, respeta y una profesión que eligió, y aún se siente orgulloso, contó que la noche del 1 de mayo, en un hecho que pocas veces ocurre, el Mayor Jorge Mario Molano Bedoya cuando él llegó hasta la carrera Quinta con calle 60, lo hizo bajar de la moto y se subió en ella, desconociendo qué había pasado con el vehículo asignado al oficial.
“No sé porque el mayor llegó a tomar esa decisión. Eso fue en un par de segundos, eso no se hace porque siempre ellos se transportan en su propio vehículo”, dijo.
Luego, “salió la gente insultando, gritando, una situación que pues no sabía qué estaba pasando. Lo único que yo tenía al lado era un compañero quien me dijo que al parecer era una piedra que le habían lanzado a una persona y se había desplomado. Pues como están lanzando piedra no sabíamos qué estaba pasando”, dijo.
Asimismo recordó que fue un motociclista el encargado de llevar al joven Santiago Andrés hasta las urgencias, como no contaba con radio de comunicaciones, debían buscar algún policía sí lo tuviera para que llamara a una ambulancia. Poco después escuchó por el radio de otro uniformado que a la Clínica Nuestra había llegado un herido pero de la carrera Quinta con calle 37.
Poco después Devia Pérez fue recogido por su compañero de cuadrante, hacia la 1 de la madrugada entregaron el servicio y su arma de dotación con los tres proveedores, y cartuchos que en el armerillo lo señalaron como en regla.
Agregó Devia Pérez que en cuanto al caso y su libertad, fue “la misma fiscalía la que tomó esa decisión porque me estaban involucrando. Estaban diciendo que porque tenía las mismas características del mayor. Por esas características es que la Pena Militar empezó la investigación y dejaron libre al Mayor”.
Devia Pérez agradece que la Fiscalía haya buscado su libertad, que señaló el ente acusador que no tiene nada qué ver con el caso y están buscando la verdad.
Se cruzaron en la cárcel
El patrullero Devia Pérez contó que se encontró con el Mayor Jorge Mario Molano Devia en la cárcel de la Policía en Facatativá. “Él llegó al poco tiempo, nos encontramos porque nos teníamos que ver todos los días, pero de mi parte trataba de evitar cualquier situación para que no se presentaran malos entendidos”.
Ante la pregunta de sí teme por su vida, Devia Pérez señaló que, “mi conciencia está tranquila, pero pues uno no sabe que en cualquier momento pueda suceder algo. Pues ante esta situación se puede tener miedo. Es seguir adelante con el apoyo de mi familia, de mi Dios que me han brindado, me han demostrado todo el afecto que me tiene”.
Recordó que tuvo acompañamiento psicológico, con los trabajadores sociales y para comunicarse con su familia compraba una tarjeta que recargaba con la cual llamaba a su esposa, su mamá.
Familia de Santiago
El patrullero envió un mensaje de condolencia a la familia de Santiago Murillo, “Agradecimiento hacia ellos como manifesté el dolor que sufrió ella, la señora, yo tengo mi mamá la tengo viva y sufrió cuando yo estuve en la cárcel. Entonces yo sé que ella también estaba sufriendo”.
Disfrutar en familia
Con 18 años de trayectoria en la Policía Nacional, 14 de ellos en Cúcuta (Norte de Santander) donde formó un hogar y tiene tres hijos, ahora disfruta de unos días de descanso.
Espera presentarse el próximo martes en Talento Humano de la Policía para que, “me digan dónde dónde me van a dejar, para pedir las vacaciones y estar al 100% con mi familia, para estar con ellos”, contó.
Agregó que, “no he pensado en retirarme de la Policía porque no he hecho nada malo. Esta es mi profesión desde un principio elegí, desde toda la vida y son años trabajando en la vigilancia, y no he experimentado ninguna especialidad solo ha sido la vigilancia con la comunidad, entonces no he tomado la decisión de retirarme”.
Buscó ingresos
Desde que fue detenido por la Justicia Penal Militar, el patrullero dejó de recibir su sueldo y durante cuatro meses su familia se quedó sin ese dinero, y su esposa se encarga del hogar y es quien cría a sus hijos.
“Con lo poquito que yo tengo nos sostuvimos. Mi esposa no es exigente y ha valorado lo que tenemos. Y sí nos tocó en esta situación hacer tamales y empanadas y venderlas allá dentro de las instalaciones. Fue lo que me propuse como para despejar la mente para no sentirme tan agobiado. Me propuse hacer y vender empanadas entre los mismos mismos compañeros que están allá también pasando por esta situación”, dijo.
Recordó con profunda tristeza y voz entrecortada que cada ocho días o 15 días que iban a visitarlo, ofrecer los tamales tolimenses. “Hechos por mi mamá, no los compraba revendidos, mi mamá tenía la voluntad, recolectaba para comprar los ingredientes y venderlos allá”.
Tome nota
Devia Pérez pertenecía al Cuadrante 27 que patrullaba el barrio Villa Café, sector donde agradeció a su presidenta de la JAC, los comerciante y las personas que creyeron en su inocencia.
Dato
Devia Pérez pasó el concurso para subintendente, aprobó el curso y no pudo ascender porque estaba detenido por esta investigación. Ahora espera que con su libertad este se pueda cristalizar.
Posibles actos de corrupción
En junio pasado la Juez de Garantías que envió a la cárcel al Mayor Jorge Mario Molano Bedoya, también ordenó compulsar copias a la Fiscalía para que investigue cómo fue involucrado el patrullero Óscar Leonardo Devia Pérez en el caso, a quien presuntamente buscan responsabilizar del homicidio del joven. Declaraciones de familiares y del propio patrullero Devia Pérez, sirvieron para conocer esta situación.
Además, sobre una posible compra de testigos y cambio de testimonios de algunos uniformados que estaban de turno la noche del 1 de mayo, al parecer presionados por el Mayor. Asimismo, existen supuestas presiones del Juzgado 188 de Instrucción Penal Militar hacia el patrullero Devia Pérez, a quien instaron para que tomara la “decisión acertada”, pues le habrían dicho que había suficientes elementos de prueba y no le quedaba otro camino que aceptar que fue quien disparó el arma que le provocó la muerte al joven de 19 años de edad.