IBAGUÉ. El galeno Marco Antonio Ortiz Pérez estaba ese día en urgencias y fue acusado de causar la muerte a un menor de 2 años por negligencia médica.
El niño Juan Nicolás Tabares ingresó a Asotrauma con tos y un cuadro febril a las 9:00 de la mañana del 8 de junio de 2005 y su muerte se produjo el mismo día.
A las 5:00 de la tarde el pequeño colapsó y se requirió ventilación orotraqueal. El acusado realizó la entubación por el esófago y cuando el pediatra llegó para auscultarlo evidenció el error.
El dictamen de Medicina Legal constató que el menor falleció de una insuficiencia pulmonar aguda y presentaba una patología de origen bacterial.
El resultado precisa signos claros de desatención, la patología era grave y requería manejo especializado, el paciente no fue remitido a tiempo y la valoración pediátrica no fue oportuna.
En el inicio del juicio el doctor Ortiz dijo que el error lo corrigió tres minutos después el pediatra y el infante no murió de eso.
Dio cuenta que después de superar la equivocación de la entubación por el esófago y no por la traquea, se hicieron muchas cosas más: “Nos la jugamos por el paciente”, sostuvo.
Indicó que el niño permaneció en el área de reanimación, no había cama en las UCI pediátricas de la ciudad y el padrastro no quería que fuera trasladado a Bogotá.
Ortiz cuenta con experiencia en urgencia pediátrica y actualmente trabaja como médico en Saludcoop. Su defensa ha citado a declarar a expertos médicos, entre ellos a patólogos.
El Juez del Circuito Emilio Alberto Hernández adelanta la audiencia de juicio, donde Erika Tabares, la madre del niño, es representada como víctima por el abogado Adolfo Bernal Díaz.