Encerrado por asesinato de ‘Pocholo’

Arturo Marín López tenía la ‘condicional’ (como popularmente se conoce), por otra condena. Fotos: Suministradas Q’hubo.

REDACCIÓN Q’HUBO – qhuboibague@gmail.com

Alfair Arturo Marín López fue enviado a la cárcel, señalado de asesinar con arma de fuego a Edwin Alexander Rojas Celis, conocido como ‘Pocholo’ o ‘Yeremy’, en cercanías de la Plaza de El Salado. El crimen ocurrió el domingo 23 de enero en medio de una pelea por el espacio público. 

Audiencia 

Foto suministrada a Q’hubo Ibagué.

La Fiscal 11 Seccional de Vida, presentó en audiencia virtual ante el Juzgado el Juzgado Segundo de Control de Garantías, a Alfair Arturo Marín López y le imputó cargos por los delitos de homicidio agravado y fabricación, tráfico o porte de armas de fuego o municiones. Según el ente acusador, el asesinato sucedió en medio de un hecho de intolerancia por la disputa del espacio público en la Plaza de El Salado, donde el occiso laboraba como comerciante. 

En la diligencia judicial se conoció que Marín López registra condenas por tráfico de estupefacientes, hurto, concierto para delinquir y además tiene anotaciones por porte ilegal de armas, hurto y lesiones personales. 

El asesinato

Pocholo fue asesinado cerca de esta panadería, sitio frente al cual también fue ultimada una enfermera hace unos meses. Foto: Archivo Q’hubo.

Antes de la mortal riña, ‘Pocholo’ había peleado con la esposa de quien sería su homicida.

La mujer era una conocida comerciante informal, que tenía un puesto en la calle, cerca de plaza de El Salado. El enfrentamiento se originó por diferencias con el uso del espacio público.  

Entre las 6:30 y las 7 de la mañana de ese domingo, ‘Pocholo’ sostuvo una pelea con Alfair Arturo Marín López, alias ‘Conejo’. Los hombres iniciaron la pelea en la esquina de la nueva plaza de mercado y terminaron cerca de una panadería, sobre la avenida Ambalá. Allí, el presunto asesino huyó, pero minutos después regresó en una moto, habría sacado un arma de fuego y supuestamente le disparó a ‘Pocholo’, que cayó malherido. Fue auxiliado por variaspersonas que lo llevaron  hasta la USI del Salado. Debido a la gravedad de la herida que recibió en el pecho, murió. 

 Después del homicidio se conoció que los vendedores organizados de la Plaza de El Salado le habían pedido a las autoridades que se encargaran de controlar el espacio público en la zona, pues cada día llegan nuevos informales, que se toman las calles y generan riñas entre ellos. 

La captura

Los uniformados de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín), de la Policía Metropolitana, capturaron en la calle Quinta N° 7 – 03 del barrio 20 de Julio de Cajamarca, a Alfair Arturo Marín López. El sujeto de 43 años era requerido por la justicia por una orden emitida por el Juzgado Sexto Penal de Control de Garantías de Ibagué, la cual fue emitida el 2 de mayo. 

Era miembro de ‘Los Zetas’ o ‘Gaitanistas’ 

Alfair Arturo Marín López, alias ‘Conejo’, fue condenado el 9 de diciembre de 2021 por el Juzgado Segundo Especializado. El hombre aceptó mediante preacuerdo con la Fiscalía 164 de la Dirección Especializada Contra las Organizaciones Criminales (Decoc), que perteneció a la banda ‘Los Zetas’ o ‘Los Gaitanistas’ de las ‘Autodefensas Gaitanistas de Colombia’ en el Tolima, organización dedicada al tráfico de estupefacientes, homicidio, porte ilegal de armas de fuego o municiones, entre otros delitos en al menos cuatro municipios, en especial en el Norte de la región. Marín López fue sentenciado a cuatro años de prisión por el delito de concierto para delinquir agravado. 

El sujeto recibió como subrogado la suspensión condicional de la ejecución de la pena, para lo cual el despacho le  ordenó pagar una caución por valor de un salario mínimo legal mensual vigente y firmó un acta de compromiso.

¿Quién era ‘Pocholo’?

Foto suministrada a Q’hubo Ibagué.

Edwin Alexander Rojas Celis, conocido como ‘Pocholo’ o ‘Yeremy’, de 30 años, era un joven trabajador en la zona aledaña a la nueva Plaza de Mercado de El Salado, donde durante las mañanas vendía frutas y verduras, lo que se conoce como ‘líchigo’. 

Y en las tardes, a partir de las 5, sacaba un puesto de fritanga. Allí laboraba con su compañera sentimental, con quien tenía cuatro hijos, entre ellos un bebé y gemelos. 

El hombre, además, era conocido porque vivía en el barrio La Victoria. De su mamá heredó su trabajo en las calles, pues ella a su vez siguió la tradición de la señora Yolanda Cortés, quien durante varios años vendía empanadas y buñuelos en cercanías de la plaza del bario El Salado. 

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