REDACCIÓN Q’HUBO qhuboibague@gmail.com
miles de personas celebraron una vez más el Día del Tamal, un delicioso plato que el tolimense de pura cepa no se cansa de comer y por el que es capaz de romper la dieta por estos días de fiesta. Aunque este 24 de Junio amaneció oscuro y la lluvia hizo de las suyas, a las 10 de la mañana el sol empezó a salir y la fiesta se empezó a gozar. ¿Qué mejor que un tamalito para tener la barriga llena antes de disfrutar del Desfile de San Juan?
Ese fue el plan para muchos, desayunar tamal y después observar el Desfile Municipal del Folclor.
Sin embargo, también hay que mirar la otra cara de la moneda. Para nadie es un secreto que el Día del Tamal mueve la economía y es la oportunidad para que pequeños y medianos emprendedores ganen platica. Así las cosas, mientras unos comían y comían, otros vendían y vendían.
Ventas millonarias
“Los trabajadores madrugamos a las 4 de la mañana. A esa hora ya estábamos acá en la Plaza (La 28). Aunque tenemos servicio de domicilio, los teléfonos colapsaron. A pesar de la lluvia, las personas llegaron porque querían el desayuno tolimense. La meta de nosotros es vender tres mil tamales y 12 lechonas, de 300 platos cada una”, aseguró Zuly Grasco, empleada de una reconocida lechoneria de la ciudad. Haciendo cuentas, San Juan le permitió mover al establecimiento comercial cerca de 40 millones de pesos.
Otra persona que también se la pasó trabajando fue el exjugador del Deportes Tolima, James Olaya, quien en compañía de su esposa Amanda Álvarez, han acreditado el negocio ‘Tamales Donde James Olaya’. Aunque tienen el punto físico en la Ciudadela Simón Bolívar, ayer tuvieron la oportunidad de vender cientos de unidades en el Panóptico.
“Yo pongo el nombre, la fama, y mi esposa hace los tamales (risas). Mentiras, yo también he aprendido. Ella es de Purificación, entonces ya se imaginarán la sazón. Trajimos mil tamales para la venta y esperamos venderlos toditos”, aseguró el exfutbolista.
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