En la Urbanización Comfatolima no se aguantan el olor de aguas negras

IBAGUÉ. Un barrio de la comuna Siete de Ibagué enfrenta un grave problema con el servicio de alcantarillado que puede afectar la salud de los habitantes. Aunque se han radicado varias solicitudes a tres entes de control, el silencio administrativo es el protagonista en esta historia.

Hechos. Hace seis meses los residentes de la Urbanización Comfatolima ubicada en el barrio Salado evidenciaron la manera en la cual el sistema de alcantarillado colapsó y el desborde de aguas negras se convirtió en el principal problema de la zona. Debido a esto el presidente de la Junta de Acción Comunal junto a propietarios de varias viviendas remitieron solicitudes ante El Ibal, Cortolima y la Defensoría del Pueblo, pero hace mes y medio la situación se complicó y aún no reciben respuesta de las entidades que conocen el caso. “Ya no aguantamos el olor a excremento, esto es una piscina de aguas negras que salen por las cuatro tapas que hay de alcantarilla y se extienden hasta los sifones de las casas. Los señores del Ibal han venido, traen un cuaderno, dibujan y luego se van sin decir nada”, aseguró Luis Eduardo Rodríguez, habitante de la zona.

El proceso. El último de los cuatro derechos de petición que ha entregado la comunidad se radicó la semana pasada y hace 10 días ocurrió la más reciente visita de los funcionarios de la empresa de acueducto y alcantarillado. “Queremos que tengan en cuenta que aquí viven muchos niños y adultos mayores que sufren las consecuencias de este problema”, dijo el hombre que reside en la zona hace 18 años. De otra parte, el Ibal recibió la queja de la comunidad con los videos que sustentan la difícil situación que atraviesa la población y el daño fue reportado para iniciar la gestión pertinente en este tipo de situaciones que aquejan a parte de la comunidad ibaguereña.

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