Residentes de los conjuntos Jagua, Acacias y Laurel de Arboleda del Campestre, de Ibagué, le contaron a Q’HUBO lo difícil que ha sido vivir más de seis meses sin un servicio de acueducto continuo y de buena calidad.
Según el testimonio de varias personas, la Constructora Bolívar les entregó los apartamentos sin el servicio de agua suministrada por la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado, Ibal.
La situación, según los ciudadanos, se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza y de salud. Informaron que todos los días, varios carrotanques llegan a llenar los tanques de las unidades residenciales, no obstante, no saben a ciencia cierta de dónde viene el agua, indispensable para sus necesidades básicas.
Olor y sabor a feo
Luis Carlos Lozano Arias, presidente del Consejo de Administración de Jagua, señaló que aunque la Constructora les ha mostrado los resultados de unos estudios que evidencian que el agua es potable, “lo cierto es que a la vista encontramos varias irregularidades. El olor del agua es fuerte, feo, y el color a veces es verdoso y a veces café, como si trajera tierra. Yo he tenido episodios de diarrea, pensé que era Covid, pero no. Son muchas las personas que se han quejado, aseguran que han tenido problemas digestivos, en niños y adultos”, expresó.
Agregó que en varias mesas de trabajo que han tenido con personal de la Constructora, les han dicho que el líquido lo sacan de la laguna El Zorro y luego la potabilizan en una planta de tratamiento que tiene la compañía cerca a la fuente de agua.
“Los ingenieros nos dicen una versión, pero las personas que traen los carrotanques dicen otra cosa. Nos han dicho que el agua se la compran al Ibal, pero en el Ibal nos han dicho que no es así. Según la respuesta a un derecho de petición, el Ibal informó que la constructora no ha cumplido los requisitos para el suministro del servicio de agua. Al parecer, la empresa sobrepasó la cuota de agua y se quedó sin el servicio para estos conjuntos”, puntualizó Luis Carlos.
“El servicio es intermitente”
Kelly Johana Viancha, señaló que el servicio no es permanente: “Tenemos agua media hora y tres horas no. No sabemos cuándo la van a cortar y cuándo va a llegar. Personalmente no uso el agua para el consumo, pero sí para bañarme y uno queda con un olor feo. El Viernes Santo quitaron el agua y volvió hasta el martes siguiente. Las personas que podemos compramos agua en bolsa, pero no todas las familias lo pueden hacer. Ya es hora de que nos den una solución”, señaló.
“Nos enfermamos”
José Torres, un bogotano que decidió comprar apartamento en Ibagué, contó que al momento de la entrega, la Constructora no les habría informado que el agua no era del Ibal: “Nos dejaron las llaves en un cajoncito y el acta de entrega en la portería. Estábamos tan felices de tener apartamento propio y de dejar de pagar arriendo, que nos dimos cuenta del problema del agua cuando nos empezamos a enfermar. Vivo con mi esposa y mi hija y los tres presentamos diarrea varios días”, dijo.
Y agregó: “Después los vecinos también empezaron a decir lo mismo y ya eran como 100 personas enfermas. Empecé a comprar botellones de agua y nos sentimos mejor, no obstante, el bolsillo no aguantó. Ahora me toca traer agua de donde un amigo que vive en Las Ferias y eso es complicado”.
Siguen pagando arriendo
“Hace varios meses mi hija y su esposo recibieron el apartamento en Acacias, sin embargo, no se han pasado para allí por el problema del agua. Tienen un niño de ocho años al que no pueden exponer. Están haciendo un gran esfuerzo, cancelando la cuota y el arriendo. Yo soy el abogado social de mi nieto Andy Mathías porque él tiene derecho a la dignidad y al agua potable. Ya es hora que solucionen este inconveniente”, expresó Henry Cortés Ortegon.
Cifra
2 mil familias son las afectadas por la falta de conexión con el Ibal.
Tome nota
Q’HUBO se comunicó con la Constructora Bolívar para conocer la versión de la empresa frente al tema, pero las personas que contestaron la llamada aseguraron no estar autorizadas para dar declaraciones a la prensa.
