REDACCIÓN Q’HUBO qhuboibague@gmail.com
Alejandra Cáceres, su esposo Fabián Valencia y sus tres hijas, viven hace más de un año en la parte alta de una montaña del barrio Cerro Gordo de Ibagué, cerca de los tanques del Ibal.
El fin de semana, un pedazo de tierra se desprendió y les pegó el susto de la vida. El derrumbe los dejó casi sin pertenencias, pero aún así, a pesar de que no pueden dormir por estar en zona de riesgo y saber que en cualquier momento un alud puede volver a caer, Alejandra asegura que no tienen para dónde irse.
En diálogo con Q’HUBO, la mujer de 31 años recordó que antes pagaban arriendo en el sector de La Coqueta, no obstante, el dueño de la propiedad vendió la casa y ellos no encontraron un lugar cómodo para el bolsillo. Así las cosas, una hermana de Fabián, les comentó que ella les podía dar un pedazo de tierra, pero en el filo de la montaña.
Al no tener más opciones se trastearon para allí y poco a poco habían construido su casita. Aunque vivieron un año largo sin inconvenientes, el pasado 2 de diciembre a la madrugada, en medio de un aguacero, gran cantidad de tierra les cayó encima. El derrumbe los dejó sin estufa, lavadora, televisor y armario. Lo único que se salvó fue la cama en la que están durmiendo.
Personal de la Secretaría de Gestión del Riesgo los visitó, les entregó un mercado y les recomendó que abandonarán el lugar, no obstante, Alejandra reitera que no tienen otra opción.
Sin ingresos
Además de la falta de una vivienda digna, la familia no tiene una fuente de ingreso. Por tanto, pagar un arriendo les es complicado. El proveedor del hogar es Fabián, de 33 años, y quien en estos momentos se encuentra desempleado. Hasta hace unos días conducía un motocarro, pero el dueño vendió el vehículo. El padre se rebusca la vida también como ayudante de construcción. Con lo que se rebusca, consigue la plata para la comida.
DATO
Las personas que deseen ayudar a la familia pueden contactar a la línea móvil 322 2703012.