CHAPRRAL. En la llegada al casco urbano de Chaparral lo primero que se divisa es una imponente catedral que comparte protagonismo con el parque llamado ‘De los Presidentes’, donde reposan las esculturas de tres de los más grandes personajes del Tolima. Los ex mandatarios José María Melo, Manuel Murillo Toro y Darío Echandía Olaya, hijos de esta tierra.
Ellos hacen parte de la historia de este amplio municipio tolimense y sobre su lucha reposa el orgullo de ser chaparraluno. Sin embargo, hay otros personajes que aunque no se sentaron en tronos, ni tomaron de decisiones trancendentales para Colombia, son el presente de este pueblo que se levanta en medio de un valle de ‘hermosas’ y también de una absurda guerra que dejó allí sus secuelas.
‘Trotaselvas’
Su nombre es Kennedy Lozano e irónicamente tiene un nombre extranjero, siendo más nativo que muchos. Vive en la zona urbana de Chaparral, en una humilde pero mágica vivienda donde pasa sus días rodeado de instrumentos musicales, pinturas, rocas y cuadernos que alguna vez hicieron las veces de bitácoras de viaje; con los cuales crea y conservar sus memorias sobre aquel ‘camino de hormigas’ que comenzó a andar desde joven en la selva del Putumayo y que ahora desea compartir con quien quiera escucharlo.
“Camino de hormigas, se llama el libro que estoy escribiendo que no es más que la transcripción de todas aquellas fábulas, poemas y mitos que me contaron los habitantes de nuestra selva virgen, un mundo perdido que nos ha arrebatado la guerra, pero que yo decidí ir a encontrar”, dijo Kennedy.
Y agregó: “Se llama así en honor a un pequeño niño que me topé en uno de mis viajes, quien venía huyendo con su familia de los paramilitares y sólo anhelaba llegar al campo de las hormigas, que no eran más que el de los guerrilleros, porque sólo allí se sentiría a salvo”.
Como esta son muchas las historias que este ‘trotaselva’ tiene sobre la vida y creencias del bosque chaparraluno, que hoy día talla en sus instrumentos musicales haciendo alegoría a los animales y colores que allí conoció.
Lastimosamente hay que reconocer que este tesoro sigue escondido en las paredes de su casa, porque aún cuando algunas de sus obras y pertenencias se encuentran expuestas en la casa de la cultura de este municipio, éstas no tienen voz y la tradición oral que intentó rescatar Kennedy durante sus travesías, termina allí su ciclo.
Parafrasiando el libro que escribió el maestro Gabriel García Márquez, ‘El coronel no tiene quien le escriba, en este caso diríamos: “Kennedy no tiene quien lo escuche”.
¿QUÉ VISITAR?
El peso de ser denominado ‘zona roja’, dada la presencia hace algún tiempo de grupos al margen de la ley sobre este territorio, es un peso con el que han tenido que cargar los habitantes de este municipio durante varios años, pero que dicen querer quitarse de encima, porque “ya es momento de despertar y mostrarle a Colombia y al Mundo las bellezas de esta tierra de indios ‘Pijaos’”.
Esas últimas palabras fueron de Janner Hernández, una de las personas que encabeza la dirección de turismo de Chaparral.
“Es cierto que hay algunas zonas donde todavía no se ha podido acceder y es complicado crear un plan turístico; pero en lugar de éstos existen muchos otros lugares mágicos que queremos ofrecer a nuestros visitantes”, concluyó el guía. Aquí algunos:
1. Cuevas de Tuluní: Ubicadas a dos horas del casco urbano, para acceder a ellas se toma la vía que conduce a Planadas. Son amplias cuevas con alturas superiores a los 30 metros y también se presencian cavernas muy angostas.
En su interior se encuentran enormes columnas llamadas estalactitas y estalagmitas, las cuales, por acción del agua tardan millones de años en formarse. Cuentas los historiadores que fue allí donde los ‘Pijaos’ se resguardaban del ataque de los españoles en la época de la conquista.
2. Cerro de Calarma: Se ubica al norte del municipio, rodeando la vereda Risalda, donde se cultiva unos de los cafés más suaves del Mundo ya galardonado en el ámbito internacional ‘Café Calarma’, desde allí se disfruta del paisaje chaparraluno y todo el valle del sur y oriente del Tolima.
3. Cuevas de Copete: Se llega a este lugar luego de una hora y media de recorrido, tomando la vía Planadas. Comprende una secuencia de cuevas que han denominado: El Tigre, El Pesebre y La Cascada. También tiene presencia de estalagmitas y estalactitas.
SOMBRERERAS DE MODA
Reza el himno de Chaparral en una de sus estrofas: “La Sombrerera, manos de oro, que trabaja soñando y cada obra es un tesoro”, haciendo referencia a aquellas mujeres que se dedicaban a la elaboración de este accesorio tradicional; un tributo que también le queda a Estella Esquivel y Yuli Arias, madre e hija, propietarias de la microempresa ‘Artesanías el Piajo’, quienes fabrican sombreros en materiales como palma real, hoja de caña de azúcar y fibra de arroz.
“Todo empezó cuando mi mamá era niña y aprendió el arte en el Guamo donde vivía, luego llegó a Chaparral y empezó a desarrollarlo de a poco, hasta que decidió enseñarnos y creamos el negocio”, relató la hija.
La tenacidad de esta familia y el amor por lo que hacen, las ha llevado a participar en varias ferias nacionales y hasta diseñadores como Hernán Zajar se han enamorado de sus creaciones.
“En un evento en Bogotá el diseñador Zajar vio los sombreros de mi mamá y la contactó para que le hiciera algunos para una colección, también la esposa del presidente Uribe tuvo algunos”, concluyo Yuli, quien se especializa en la realización de accesorios, luego de recliclar los materiales que le sobran a su madre.
ANGÉLICA MAHECHA URIBE
ENVIADA ESPECIAL